"John interpreta a Moisés, el mejor amigo de Rapayet (Jose Acosta) y Greider al hermano recalcitrante de Zaida (Natalia Reyes)" |
Fuente Radio Macondo
"Estos dos actores, el primero con una importante preparación académica de años en el mundo de la actuación y el segundo con un talento natural descubierto por los directores de la película"
Estos dos actores, el primero con una importante preparación académica de años en el mundo de la actuación y el segundo con un talento natural descubierto por los directores de la película, Cristina Gallego y Ciro Guerra, son los encargados de hacer detonar la historia en dos poderosos momentos de la trama.
John
interpreta a Moisés, el mejor amigo de Rapayet (Jose Acosta) y Greider al
hermano recalcitrante de Zaida (Natalia Reyes), quienes tienen sobre sus
hombros un gran peso pues son sus acciones las que llevan a que se desaten
verdaderas tragedias que fueron muy propias de esta época, bajo el argumento de
defender el honor.
Jhon Narváez y el travieso Moisés
Este
cartagenero y gestor cultural de su región, viene haciendo teatro desde su
época de colegio y en la Universidad de Cartagena, donde se graduó en
Lingüística y Literatura, antes de viajar a Cuba a estudiar Dirección de Cine y
Televisión. “Siempre he hecho teatro porque me encanta la sensación de estar
ahí en vivo con el público, eso para mí es alucinante es como una inyección de
vida”, asegura.
Afiche promocional
Posteriormente
estuvo viviendo en Brasil y en Perú, donde también hizo teatro y trabajó en
publicidad. Actualmente vive en Cartagena y adelanta proyectos o participa en
muchos eventos culturales de ciudad como el FICCI donde fue programador de Cine
en los barrios. Junto a un grupo de trabajo tiene un festival de cortos llamado
Tornado Cartagena donde los participantes hacen cortos en tan solo 48 horas.
Pedro Romero vive aquí, es otro de los
proyectos en los que trabaja con un colectivo de intervención artística que
busca despertar un poco la conciencia ciudadana. Creó la fundación Conéctate
Caribe, que sirve de puente entre artistas y comunidades, para trabajar juntos en
proyectos en los que los adolescentes puedan tener otras opciones.
“En Cartagena
hay una desigualdad muy grande, al mismo tiempo que está la Cartagena de postal
y atardeceres hay un índice de embarazos altísimo y un grave problema de
pandillas. Pero así como hay problemas sociales también hay muchos grupos de
danzas, muchos chicos queriendo hacer cosas y Conéctate está ahí para que eso
sea posible”.
Como si esto
no fuera suficiente, Jhon tiene a Champetú, una fiesta ambulante que llega a
cualquier lado de la ciudad y sorprende con su encanto. No hay que dejarse
confundir por el nombre, pues no es solo champeta, es música del Caribe y lo
que suena en las fiestas.
El actor se
encontraba grabando la premiada serie de Telecaribe La Niña Emilia cuando supo
que se adelantaba casting para una cinta de Ciro y Cristina. “Grabé un video,
lo envié y aquí estoy listo para estrenar en Colombia la cinta este 2 de
agosto, después de haber vivido casi en sueños el estreno mundial en Cannes”.
Sobre su
personaje asegura divertido que es como un viaje sicodélico, una aventura
extraordinaria que pudo vivir.
“Moisés es
bastante travieso, es el arijuna de la historia, el extranjero y eso tiene
consecuencias. Soy el gran amigo de Rafa a quien conozco desde niño pero
mientras él se casa y conforma una familia, Moisés no quiere madurar, solo
pasarla bien con mujeres y el ron y para eso está la plata. Interpretarlo fue
una tremenda aventura para mí porque tiene cosas mías y tiene cosas que definitivamente
no haría”.
Sobre qué tan
real es Pájaros de verano frente a lo que se vivió en La Guajira en esos años
asegura que no tiene recuerdos al respecto, pero que sabe que el actor Juan
Bautista, que interpreta a Aníbal, es
una memoria viva de la época.
“Durante el
rodaje, cuando uno ponía el tema, siempre había alguien con una historia que
contar. Fue una época de muchísimo dinero en que se construían mansiones,
calles, en que todo se podía comprar porque todo tenía un precio… también una
época en la que el mundo estaba despertando a muchas cosas. Pienso que la
película registra muy bien ese momento”, asegura Jhon, quien destaca además el
trabajo adelantado por los departamentos de arte, vestuario y maquillaje.
“Aportaron de manera fundamental a mi personaje, su trabajo fue fiel e
impecable”.
Leonidas, la oveja negra
Rebeldía es
la palabra que quizá mejor describa a Leonidas, interpretado por el Guajiro
Greider Meza, que tuvo la responsabilidad de darle vida en su época adolescente
casi adulto, y quien a pesar de su nula experiencia frente a las cámaras lo
hizo tan bien que es fácil sentir fastidio por él en la pantalla y difícil
reconocerlo en la vida real.
“Es un
personaje bastante fuerte, por eso fue duro al comienzo entrar en él. Su forma
de actuar, de pensar, de ver la vida de manera tan desordenada, lo hizo toda
una experiencia para mí”, asegura el actor que llegó a la película solo para
trabajar como extra, pues siempre pensó que sus competencias estaban en el
deporte, más exactamente en el fútbol.
Su
autenticidad fue realmente lo que le mereció quedarse con el papel, también le
ayudó no tener mayor información sobre la película y menos que era una
producción de Ciro Guerra y Cristina Gallego, los cineastas que habían llevado
el cine colombiano a los Premios Oscar, lo que le evitó una angustia mayor.
Ese talento
innato que demostró para la interpretación fue acrecentado por Andrés
Barrientos, el preparador de actores “aprecio mucho lo que hizo por mí, tenía
muchas falencias y gracias a él todo se me facilitó”.
Sobre el
difícil temperamento de su personaje y la ambición que lo carcome, Greider
reconoce que la época de la marimba, fue un duro golpe para su cultura, “se
vivió mucha violencia y de alguna manera nuestros jóvenes veían que la única
forma de triunfar era metiéndose a marimbero, era eso o no éramos nada. De una
u otra manera eso influyó mucho en nuestros jóvenes Wayúu”, asegura.
El joven
actor cuenta que la cinta lo ayudó a descubrir mucho de su raíz como Wayúu.
“Entendí, más allá de las historias, como se vivía en esa época, “me trasladé a
esos años y entendí cómo era la forma de
“enchoyarce” el guajiro con el poder (volverse loco), por eso quiero que mi
personaje sea un ejemplo para nuestra cultura, que nuestros jóvenes vean que el
camino de la delincuencia y la violencia no es el indicado”.
Aunque son
varias las décadas que han pasado, Greider reconoce que esa sangre marimbera
aún se mueve lentamente en las venas de muchos jóvenes de hoy. “Su forma de
actuar, sus expresiones, sus actitudes, a veces reflejan un poquito de lo que
se vivió en esa época”.
Finalmente,
sobre la labor del Palabrero, esa otra tradición verdaderamente valiosa, que
también se puede heredar por sangre y que cada vez amenaza con extinguirse,
explica: “Ser Palabrero es una responsabilidad muy importante en nuestra
cultura, ya que son los que solucionan los problemas, son los abogados. Veo en
José Vicente Cote, quien interpreta a Peregrino, y quien es un Palabrero real,
a una persona que tiene el carácter, la sabiduría y la experiencia para
representar nuestra cultura de la mejor manera. No todos los jóvenes nacemos
para serlo”.
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