"Hoy, como todos los 29 de abril de cada año, los molineros se congregan alrededor de la imagen de la Virgen del Rosario" |
Tomado por Diario del Norte
Hoy, como todos los 29 de abril de cada año, los molineros se congregan alrededor de la imagen de la Virgen del Rosario, en una tradición que se pierde en el tiempo y de la cual existen relatos desde el siglo XIX.
Son muchos los testimonios que hay sobre los milagros ocurridos tras esta advocación mariana. Uno de los cuales, se remonta a la época en que un grupo de españoles se enfrentó a los nativos de la región, quienes envenenaron las aguas de un manantial provocando la muerte de los ibéricos. Cuando de repente, en medio de una luz, apareció una señora que tocando con una vara, iba resucitando a los soldados fallecidos.
Otra leyenda, da una versión contraria, narrando que fueron los aborígenes quienes murieron para luego resucitar.
Cada 29 de abril, con el objetivo de pagar una promesa o manda, muchos hombres, mujeres y niños, son ataviados con vestimentas indígenas de vistosos colores.
Las mujeres visten largas mantas multicolores, con infinidad de collares y zarcillos; los hombres con toallas alrededor de la cintura y penachos de plumas de variados colores, que simbolizan la naturaleza de la Región.
Una de las costumbres más llamativas, es observar a los niños con sus atuendos indígenas, con sus cachetes pintados de rojo, y al cuello, una hogaza de pan con figuras antropomorfas, o una sarta de arepas de maíz blanco.
Este día, los molineros brindan un abrazo de amistad a todos los visitantes, quienes llegan alborozados a contemplar la imagen de la madre del Salvador; y a pedirle uno que otro favor, para el año siguiente volver a visitarla.
En el parque Simón Bolívar, a las doce del mediodía, hace muchos años atrás, se reunían Próspero Oñate, Ramón Bolaños, Juan Díaz, Alcides Daza, Romelio Daza, Manuel María Duarte y demás miembros de la banda ‘Rita Cecilia’, para llenar de notas armoniosas el ambiente caluroso de la jornada. Allí, en esa plaza, se arremolinan los vendedores de toda clase de artículos: vituallas, helados, crispetas, raspados y fritangas.
Es una verdadera feria la que se vive en este pueblo de gente trabajadora y amable que entregan su amistad y su corazón.
Para hoy, están previstas cuatro misas desde las cinco de la mañana. A las 10 a.m. se efectuará la eucaristía mayor concelebrada, a la que asisten invitados especiales llegados para tal ocasión. Ya en las horas de la tarde, se llevará a cabo la solemne procesión por las calles de la población, acompañada por una banda de música quienes entonan canciones propias de la Región. El Molino es y será por siempre la tierra acogedora donde reina la paz, la amistad y el amor.
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