"Las limitaciones agresivas de agua en el desierto han producido una carencia de comida, provocando hambrunas y la muerte de personas, animales y de cosechas" |
"El fenómeno del Niño ha producido una sequía exagerada en todo el territorio wayuu, donde hace mucho tiempo no cae gota de lluvia" |
Tomado por Diario del Norte
"Las suposiciones de la Supersalud que los niños de La Guajira deberían tener un mejor nivel de calidad son totalmente equivocadas"
Las suposiciones de la Superintendencia Nacional de
Salud cuando asegura, que la salud de los niños
de Riohacha, Manaure, Maicao y Uribia “debería tener un mejor nivel de calidad que el resto de los
colombianos” porque “posee mejores recursos
por personas afiliadas al – SGSS –
que la media nacional”, y que sin
embargo “es de los departamentos con
mayores indicadores de mortalidad infantil
por desnutrición”, son total
mente equivocadas, porque no tiene en
cuenta, de ninguna manera, la precariedad existencial absoluta
en que viven, y otras coyunturas críticas, que a continuación exponemos,
y que afecta profundamente la supervivencia
del pueblo wayuu, teniendo en cuenta
que los fallecimientos por desnutrición
corresponden a niños de esta
etnia.
"Stevenson Marulanda, Secretario de Salud de La Guajira" |
El Fenómeno del Niño ha producido una sequía exagerada en
todo el territorio Wayuú, padecimiento que han soportado extensas regiones donde
no llueve hace más de tres años, esto ha secado jagüeyes y correntías e incluso
arroyos que corrían de manera permanente en tiempos pasados, como el Nazareth,
en la Alta Guajira, también se secó irremediablemente. Desafortunadamente las fuentes de agua subterránea y las plantas desalinizadoras aún no han sido
suficiente implementadas. Los combustibles fósiles son muy costosos, y las fuentes eólicas y
solares, apenas son idearios.
2. Escasez extrema de
comida:
Estas limitaciones agresivas de agua, en un terreno casi
desierto, han producido una carencia de comida, exagerada y excesiva en grado
sumo, provocando hambrunas y la muerte de animales y de cosechas, coyuntura
crítica que los ha obligado a vivir casi sin alimento durante mucho
tiempo, sobrepasando, sobre todo en los famélicos y desnutridos niños, los
límites de la consunción y de sus capacidades biológicas y de resistencia para
sobrevivir en un ambiente tan extremo y hostil. Es allí, en ese pleno desierto,
donde se reproducen, y con sus crías viven a la de Dios, o mejor dicho:
sobreviven en la imposibilidad absoluta de alcanzar un mínimo vital humano,
como lo son para nosotros, los fundamentales e indispensables servicios
públicos. El – DANE – dice que las Necesidades Básicas Insatisfechas de esta
población pasan del 98%.
3. Extrema dispersión
poblacional y ausencia total y absoluta de servicios públicos:
La inmensa mayoría del pueblo wayuu, más de 500 mil almas,
no viven en asentamientos urbanos como nosotros, por el contrario, ellos
eligieron motu propio, o por desplazamientos forzosos ancestrales, vivir
aisladamente en puntos poblados y rancherías, dispersos en medio de la nada, en
la inmensidad del inhabitable y estéril suelo del desierto guajiro.
Son más de cuarenta mil puntos poblados, irrigados por más
de cincuenta mil kilómetros de capilares de trochas, que solo ellos conocen y
trafican. El solo municipio de Uribia es más extenso que todo el Departamento
del Atlántico.
4. Poligamia, inicio
precoz de la sexualidad, de la gestación y multiparidad.
Es razonable, desde
una perspectiva darwiniana de adaptación a ambientes extremos, donde nacen
muchos y se crían pocos, esperar una alta mortalidad infantil y una corta
expectativa de vida. De modo que estos comportamientos sociales y sexuales obedecen a razones de conservación
de la especie, convirtiendo la alta natalidad en un instrumento eficaz y
eficiente contra la alta mortalidad infantil y la baja longevidad, evitando así
la extinción, y de veras que lo han logrado, pues nadie sabe cuántos realmente son.
5. Crisis del Sistema
de Salud Colombiano y de la red hospitalaria en La Guajira:
En La Guajira el aseguramiento es un total caos, existen 17
físicas EPS, pero mucho de su aseguramiento es virtual, o dicho de otra forma,
cobran el aseguramiento pero no prestan el servicio, dándose la extrema
aberración de que en una sola unidad familiar cada miembro pertenece a una
diferente EPS. De manera que, estas EPS localizadas muy cómodas en los centros
urbanos de Riohacha y Maicao, no tienen ni idea en qué parte del desierto viven
sus dispersos y trashumantes asegurados, ni les interesa saberlo, dejándolos en
un completo abandono. Los hospitales de La Guajira también pasan por una
tremenda crisis financiera.
Así las cosas, debemos entender que la desnutrición debido
al hambre crónica, masiva y brutal, y las otras enfermedades asociadas a la
precariedad terminal, son una peste en lo Wayuú, y deben ser consideradas como
una crisis humanitaria, que de ninguna manera puede ser solucionada desde la
mera y simple asistencia sanitaria endosada a las insensibles EPS y a un
sistema de salud muy deficiente e ineficaz. Si un carnet de una EPS en La
Guajira no resuelve muchas veces los
problemas de salud de la gente ¿cómo va a resolver los problemas del hambre?.
En otras palabras, el hambre no pertenece al sector salud,
el hambre no es POS ni no POS, ni mucho menos una enfermedad huérfana. El
hambre de La Guajira no es una enfermedad, es un descuido supremo del Estado
Social de Derecho Colombiano.
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