Las proyecciones de los modelos climáticos indican que el calentamiento global agudizará la variabilidad de las precipitaciones y los eventos extremos, como lluvias intensas y condiciones de sequía, en muchas zonas del mundo. Asimismo, se registra que la atmósfera puede retener hasta un 7 % más de humedad por cada grado de calentamiento. La Guajira no está exenta de este fenómeno. En el Departamento, los patrones de precipitaciones están determinados por el movimiento de la zona de convergencia intertropical, la topografía y el transporte de humedad regional. Desde 1980 hasta la fecha, el menor registro de estas, es entre los meses de diciembre y febrero, mientras que los meses de mayo, agosto, septiembre, octubre y noviembre, se consideran los meses de mayor notoriedad. Cada principio de año, los vientos alisios del norte, que soplan paralelos a la costa, reduciendo las lluvias y los afloramientos que enfrían la superficie del mar, se intensifican. Después de abril, estos vientos se debilitan, lo que, combinado con la migración hacia el norte de la zona de convergencia tropical, provoca menos afloramientos y un ligero incremento de las lluvias. Anualmente, los promedios registrados son de 470 mm, 650 mm y 1180 mm para la Alta, Media y Baja Guajira, respectivamente. Para el segundo semestre de 2024, por su parte se espera un aumento de las precipitaciones. Estas predicciones están relacionadas con el comienzo de la temporada de huracanes y el enfriamiento de las aguas del Pacífico, que puede derivar en el fenómeno de La Niña, relacionado con este incremento los últimos 40 años. De hecho, las precipitaciones anuales en la Media Guajira pueden sobrepasar hasta en un 76 % a la media anual, mientras que en la Baja Guajira pueden intensificarse hasta un 27 %. En los últimos años, la Media Guajira ha experimentado eventos de fuertes lluvias con valores superiores a 60 mm/día, durante mayo, septiembre y noviembre. Puede que utilizar el término ‘fuertes’ no sea correcto si solo tomamos en cuenta las inundaciones en el Departamento, sin embargo, estas están más relacionadas con la infraestructura en los centros urbanos, la poca gestión de riesgo y los asentamientos no planificados de comunidades. Lo cierto es que las proyecciones indican que aumentarán, junto con los caudales en los ríos. De esta forma, la variabilidad del clima en La Guajira plantea retos en términos de gestión del agua, productividad agrícola y desarrollo de infraestructuras. Es importante que las autoridades locales y las comunidades se adapten a estas condiciones cambiantes para mitigar los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos y garantizar la sostenibilidad de los recursos de la región.
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