Como en las carreras de galgos, que compiten persiguiendo un conejo mecánico nunca alcanzable por los canes, los tipos de cambio de las economías occidentales se han movido en los últimos tiempos más o menos en la misma forma. Mientras la moneda europea (el euro) y el yen se han ido apreciando paulatinamente, dizque para favorecer el proceso de ajuste de la balanza comercial de los Estados Unidos, los signos monetarios de los países latinoamericanos y, en general del tercer mundo, continúan persiguiendo el dólar también para acomodar sus estructuras cambiarias a una nueva situación que favorezca el protegido y vacilante comercio internacional. Haciendo las veces del conejo mecánico, el dólar sirve de señuelo a los galgos de todo el orbe.
Con gran seguridad, analistas de la situación económica mundial sostienen que mucha de las perturbaciones desagradables del orden económico internacional han comenzado a desvanecerse como resultado del nivel más ajustado a la realidad que ahora tiene el tipo de cambio del dólar. Lo que se sufrirá como consecuencia de esas correcciones, señala optimistamente, parece poco en comparación con las ventajas económicas previstas.
Probablemente el punto de partida más indicado para estas reflexiones, sea la afirmación según la cual nunca hubo ninguna duda de que la pronunciada revalorización del dólar que ocurrió entre mediados de 1980 y fines de febrero de 1985 no se podría mantener indefinidamente. Las perturbaciones que ellos ocasionaban en la balanza de pagos de Estados Unidos, eran sencillamente demasiado grandes. Las dudas principales se referían al momento y a la intensidad de la corrección inevitable que experimentaría el tipo de cambio sobrevalorado. Pues bien; producido el hecho y percatados de los profundos males que sobre el comercio y la deuda externa de los países de América Latina ha traído la depreciación del dólar, conviene adentrarse en los pliegos desconocidos de su significado.
Dotos y profanos están de acuerdo, en general, en que el precio más importante de una economía es el tipo de cambio medio de la moneda del país frente a las monedas de otras naciones. Cuando la moneda que experimenta una pronunciada fluctuación de valor es al mismo tiempo la moneda más importante del mundo, todo el sistema económico mundial resulta también afectado en forma directa y significativa.
Las causas exactas de la apreciación del dólar, al igual que las causas de su depreciación más reciente, pueden ser objetos de conjeturas bien fundadas, pero no de medición cuantitativa precisa. El descenso que se ha observado en su valor es reflejo de una combinación de factores. Disminuyeron las diferencias entre los tipos de interés de los diversos países, al bajar los de los Estados Unidos ante las perspectivas de una menor inflación y de menores déficit presupuestarios. Los temores acerca del creciente déficit comercial Estadounidense hicieron que el Dólar resultara menos interesante para los extranjeros.
Aunque la economía americana está protegida en términos relativos frente al sector externo que las economías de otros grandes países industriales (el Comercio exterior representa una proporción relativamente baja del producto nacional bruto), la depreciación del dólar ocasiona varios cambios económicos importantes. La corrección de las perturbaciones causadas por el tipo de cambio empieza con el alza de precios de las importaciones, a causa del descenso global de más del 32% del valor del dólar ocurrido desde que alcanzó su punto máximo a comienzos de 1985. Sin duda, habrá una pérdida paulatina de los beneficios que disfrutaban los exportadores de los países cuyas monedas se habían depreciado más frente al dólar.
Con gran seguridad, analistas de la situación económica mundial sostienen que mucha de las perturbaciones desagradables del orden económico internacional han comenzado a desvanecerse como resultado del nivel más ajustado a la realidad que ahora tiene el tipo de cambio del dólar. Lo que se sufrirá como consecuencia de esas correcciones, señala optimistamente, parece poco en comparación con las ventajas económicas previstas.
Probablemente el punto de partida más indicado para estas reflexiones, sea la afirmación según la cual nunca hubo ninguna duda de que la pronunciada revalorización del dólar que ocurrió entre mediados de 1980 y fines de febrero de 1985 no se podría mantener indefinidamente. Las perturbaciones que ellos ocasionaban en la balanza de pagos de Estados Unidos, eran sencillamente demasiado grandes. Las dudas principales se referían al momento y a la intensidad de la corrección inevitable que experimentaría el tipo de cambio sobrevalorado. Pues bien; producido el hecho y percatados de los profundos males que sobre el comercio y la deuda externa de los países de América Latina ha traído la depreciación del dólar, conviene adentrarse en los pliegos desconocidos de su significado.
Dotos y profanos están de acuerdo, en general, en que el precio más importante de una economía es el tipo de cambio medio de la moneda del país frente a las monedas de otras naciones. Cuando la moneda que experimenta una pronunciada fluctuación de valor es al mismo tiempo la moneda más importante del mundo, todo el sistema económico mundial resulta también afectado en forma directa y significativa.
Las causas exactas de la apreciación del dólar, al igual que las causas de su depreciación más reciente, pueden ser objetos de conjeturas bien fundadas, pero no de medición cuantitativa precisa. El descenso que se ha observado en su valor es reflejo de una combinación de factores. Disminuyeron las diferencias entre los tipos de interés de los diversos países, al bajar los de los Estados Unidos ante las perspectivas de una menor inflación y de menores déficit presupuestarios. Los temores acerca del creciente déficit comercial Estadounidense hicieron que el Dólar resultara menos interesante para los extranjeros.
Aunque la economía americana está protegida en términos relativos frente al sector externo que las economías de otros grandes países industriales (el Comercio exterior representa una proporción relativamente baja del producto nacional bruto), la depreciación del dólar ocasiona varios cambios económicos importantes. La corrección de las perturbaciones causadas por el tipo de cambio empieza con el alza de precios de las importaciones, a causa del descenso global de más del 32% del valor del dólar ocurrido desde que alcanzó su punto máximo a comienzos de 1985. Sin duda, habrá una pérdida paulatina de los beneficios que disfrutaban los exportadores de los países cuyas monedas se habían depreciado más frente al dólar.
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