En un comunicado a la opinión pública, el senador Alfredo Deluque Zuleta, como miembro del partido de la U, expresó su tristeza y preocupación por la dolorosa situación que hoy enluta la democracia colombiana: el atentado criminal perpetrado contra el senador Miguel Uribe Turbay, quien actualmente se debate entre la vida y la muerte. Agregó, que Miguel no solo es su compañero en el Congreso, es su colega y amigo, cuya voz ha sido de una de lucha firme y democrática, ejercida con convicción en el recinto parlamentario, en las calles, en los medios y en las redes. Agregó, que su único propósito ha sido la defensa de los valores esenciales de la democracia: el respeto por el Estado de Derecho, la libertad de expresión y el ejercicio legítimo de la oposición.
Precisó, que ese vil atentado no es un hecho aislado. Es el resultado de una narrativa que ha sembrado el odio y la división, que ha deslegitimado el disenso y que ha etiquetado a los congresistas que no comulgan con las ideas del gobierno como enemigos del pueblo, como corruptos o, en palabras del propio presidente de la República, como “HPs”. Agregó, que esa peligrosa estigmatización ha deteriorado el debate político hasta llevarlo a los extremos de violencia que hoy se lamenta. “No podemos guardar silencio frente a una realidad que se ha venido incubando con discursos populistas, con señalamientos irresponsables y con la negativa sistemática a garantizar la seguridad de quienes ejercemos la oposición”, precisó. En ese mismo sentido, añadió que Miguel Uribe, como muchos de no sotros, pidió protección al Estado. El Estado que debe amparar a todos por igual, lo desprotegió. Y hoy su vida pende de un hilo. El país necesita una pausa urgente en esta ruta de confrontación. “Necesitamos unirnos, orar por la vida de Miguel y convocar a un gran Acuerdo Nacional por la defensa de la democracia, el respeto por la diferencia, la no violencia y la recuperación del debate de ideas sin odios”, expresó. Agregó, que desde el Partido de la U, hace un llamado a su bancada y a todas las fuerzas políticas y ciudadanas que creen en la democracia: “debemos tomar una postura clara frente a estos hechos. No podemos ser indiferentes ni permitir que el miedo, la estigmatización o el cálculo político nos paralicen”. Al tiempo, dijo que es momento de alzar la voz, de tomar decisiones firmes y de trabajar por la unidad y la reconciliación nacional. “La democracia está herida. La vida de Miguel, como la de muchos colombianos víctimas de la violencia política, clama por justicia y por cambios urgentes. No permitamos que las balas acallen la democracia. Es tiempo de unión, de reflexión, de acción. Es tiempo de orar por Miguel y por Colombia”, dijo.
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