17 de febrero de 2017

Esperan con ansias reencontrarse con sus dos hijos. Después de 11 años unidos en la montaña, Pedro e Isabel tendrán un nueva familia en la vida civil

"Ambos se conocieron cuando ella fue herida de gravedad en un ataque que los paramilitares efectuaron contra el frente 19 de las Farc"

Fuente Diario del Norte


"Ambos se conocieron cuando ella fue herida de gravedad en un ataque que los paramilitares efectuaron contra el frente 19 de las Farc"

Más de cuatro horas de recorrido a pie tomaron los guerrilleros del Bloque Martín Caballero de las – Farc –, quienes salieron desde la Y de Las Marimondas, pasar por la carretera del corregimiento de Conejo y luego tomar la carretero hacia Fonseca para desviarse hacia la vereda de Pondores.

Después de atravesar los puestos de control del Ejército y la Policía Nacional, el centro de monitoreo donde están los campamentos de la – ONU – comenzó el paso hacia lo que marca el sendero para los nuevos proyectos y expectativas, distintos a la realidad que hasta hace unos meses vivían como subversivos.

Quienes van camino a la desmovilización aseguran que el proceso de paz entre el Gobierno Nacional y las – Farc –, además de poder posibilitar una Colombia diferente, también va a contribuir a que muchas familias vuelvan a tener con ellos a sus seres queridos o encuentren la posibilidad de vivir en su propio hogar con libertad y derechos civiles.

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Después del arribo de los más de 250 guerrilleros y unos 25 que ya se encontraban trabajando en la construcción del campamento, encontramos uno de esos relatos de hombres y mujeres que por la guerra han tenido que vivir su propia historia de amor en medio de la selva.

Es el caso de Pedro e Isabel, una pareja que lleva más de 15 años de estar militando en las filas de las – Farc –. Él es oriundo del municipio de Villanueva, mientras que ella es de Cúcuta, Norte de Santander.

Narran que se conocieron hace 11 años cuando en medio de un ataque por parte de grupos de paramilitares, Isabel fue herida de gravedad cuando se encontraban en el 19 frente; precisamente él, fue el encargado de prestarle los primeros auxilios.

Desde esa circunstancia, la vida y el destino los unió y según ellos para siempre. Hoy ambos cuentan con 35 años de edad, son padres de dos niños, uno de 10 y una de 8 años, quienes desde que nacieron han permanecido bajo el cuidado de su abuela.

Aseguran que con el dolor en el alma han permanecido lejos de la crianza de dos pequeños que nacieron en la clandestinidad producto de ese amor que los unió en medio de un momento desafortunado.

Ahora el sueño de Pedro e Isabel es del mismo: poder reunirse lo más pronto con sus dos hijos. Anhelan que el campamento donde permanecerán hasta cuando entreguen las armas, sea acondicionado cuanto antes para que puedan llegar sus familiares a visitarlos libremente.

Esperan que los días pasen rápido y que el tiempo sea más corto que de costumbre para cristalizar el sueño que además de ellos, tiene muchos otros colombianos que desean volver a la vida civil y poder tener una familia propia como pilar de la sociedad.

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