Dejar de ir a una ciudad por no enfrentar el recuerdo del amigo que murió, debe ser la suprema expresión del alma del caído. Esto me hace recordar que desde que aquí en Maicao, murió un amigo mío, llamado Eloy Segundo Hernández, yo no había vuelto a esta bella ciudad de frontera. Pero el sentimiento que guardo de otro grande de mis amigos, Guido Illidge barros, se sintió otra vez, cuando de regreso a este pueblo querido, en el mes de febrero al colocarme el overol, en la campaña de Jimmy Sierra Palacio, me encontré nuevamente con mi amigo Guido. Y allí sentí otra vez que el resumen de valores, de condiciones y convicciones, debilidades y exaltaciones de este inflamable espíritu antillano. La amistad es un vínculo como el amor y la nostalgia, un sentimiento tan lúcido que la única forma de conjurarlos es a través de una alegría sin límites, sin medidas.
Y esa alegría sin límites y sin medidas fue la que volví a sentir al encontrarme nuevamente con mi amigo Guido. Amistad que ha permanecido Incólume a través del tiempo. Desde la época en que fungía como director ejecutivo de la agremiación Corporación Amigos de La Guajira, luego cuando representé a Maicao como el primer gerente regional de incora y allí en muchas reuniones nos encontrábamos y con esa mamadera de gallo fina, nos reíamos hasta el cansancio, ya sea en la población de los Remedios en casa del amigo ya fallecido Lalito Pinto, en Carraipia, donde nuestro amigo Santa; donde los amigos comunes fallecidos muchos por circunstancias que no vale la pena mencionar y otros vivos, unos alejados y otros tan cerca que no vamos a nombrar. Y luego en esa amistad y en ese compadrazgo con Jorge Pérez Benier, nuestro flamante gobernador, cuando visitábamos la casa del amigo Guido, que continuamos visitando por supuesto; era para reírnos, para continuar con la mamadera de gallo y para analizar el panorama político de Maicao y de La Guajira. Y allí en su residencia nos cogía la media noche, por no decir la madrugada, de oír tantos razonamientos, tan lucidos y tan lleno de verdades como Guido con maestría los expone y para expresar premisas verdaderas. Verdades que a algunos golpea, pero que a otros, sus verdaderos amigos, lo que hacemos es darle la razón y agradecerle todos esos axiomas que expone a sus contertulios con pasmosa inteligencia y clarividencia.
Como él mismo lo expresa, no es un letrado de claustros universitarios, pero es un sabio y un versado de la universidad de la vida. Y en esa universidad le da clase con maestría a cualquier letrado profesional. Uno de sus maestros en la política fue sin dudas el ex senador y ex gobernador guajiro ya fallecido, Eduardo Abuchaibe Ochoa. Al Eduardismo entró siendo muy joven. Eran otras épocas, donde la política se sentía la pasión de las ideas y no como ahora que la política se siente con la pasión de los compromisos. Mi amigo Guido en ese entonces se había ganado la confianza del curtido dirigente liberal y se había convertido como su escudero y pa las que sea defendía esa ideología con amor y con esmero. Anécdotas de esta naturaleza existen a montones. Luego como el mejor secretario de transito que ha tenido Maicao en toda su historia, donde puso orden y disciplina. Colocó los primeros semáforos y bautizó a su ciudad como “La Vitrina Comercial de Maicao”. ¡Qué tiempos aquellos!. Eran otras épocas, otros modos vivendis y la amistad era un símbolo, un valor. No como hoy que se ha convertido en un anti valor.
Al amigo Guido le sobra carácter. Es un hombre muy disciplinado en sus negocios es pragmático. Es sencillo y disciplinado. Y dice verdades cuando hay que decirlas, así esas verdades duelan. El amigo Guido, es un personajazo de la ciudad fronteriza. Goza del aprecio, del cariño y de la simpatía del pueblo maicaero. Aunque también tiene sus detractores, ya que no es monedita de oro de todo el mundo. Como reza el aforismo popular ¿Cuándo alguien le a tirado piedras a un árbol que no da frutos? Jamás, a no ser que ese alguien le ladre a la luna. El amigo Guido es y seguirá siendo un hombre importante en su Maicao del alma y de sus amores.
Y esa alegría sin límites y sin medidas fue la que volví a sentir al encontrarme nuevamente con mi amigo Guido. Amistad que ha permanecido Incólume a través del tiempo. Desde la época en que fungía como director ejecutivo de la agremiación Corporación Amigos de La Guajira, luego cuando representé a Maicao como el primer gerente regional de incora y allí en muchas reuniones nos encontrábamos y con esa mamadera de gallo fina, nos reíamos hasta el cansancio, ya sea en la población de los Remedios en casa del amigo ya fallecido Lalito Pinto, en Carraipia, donde nuestro amigo Santa; donde los amigos comunes fallecidos muchos por circunstancias que no vale la pena mencionar y otros vivos, unos alejados y otros tan cerca que no vamos a nombrar. Y luego en esa amistad y en ese compadrazgo con Jorge Pérez Benier, nuestro flamante gobernador, cuando visitábamos la casa del amigo Guido, que continuamos visitando por supuesto; era para reírnos, para continuar con la mamadera de gallo y para analizar el panorama político de Maicao y de La Guajira. Y allí en su residencia nos cogía la media noche, por no decir la madrugada, de oír tantos razonamientos, tan lucidos y tan lleno de verdades como Guido con maestría los expone y para expresar premisas verdaderas. Verdades que a algunos golpea, pero que a otros, sus verdaderos amigos, lo que hacemos es darle la razón y agradecerle todos esos axiomas que expone a sus contertulios con pasmosa inteligencia y clarividencia.
Como él mismo lo expresa, no es un letrado de claustros universitarios, pero es un sabio y un versado de la universidad de la vida. Y en esa universidad le da clase con maestría a cualquier letrado profesional. Uno de sus maestros en la política fue sin dudas el ex senador y ex gobernador guajiro ya fallecido, Eduardo Abuchaibe Ochoa. Al Eduardismo entró siendo muy joven. Eran otras épocas, donde la política se sentía la pasión de las ideas y no como ahora que la política se siente con la pasión de los compromisos. Mi amigo Guido en ese entonces se había ganado la confianza del curtido dirigente liberal y se había convertido como su escudero y pa las que sea defendía esa ideología con amor y con esmero. Anécdotas de esta naturaleza existen a montones. Luego como el mejor secretario de transito que ha tenido Maicao en toda su historia, donde puso orden y disciplina. Colocó los primeros semáforos y bautizó a su ciudad como “La Vitrina Comercial de Maicao”. ¡Qué tiempos aquellos!. Eran otras épocas, otros modos vivendis y la amistad era un símbolo, un valor. No como hoy que se ha convertido en un anti valor.
Al amigo Guido le sobra carácter. Es un hombre muy disciplinado en sus negocios es pragmático. Es sencillo y disciplinado. Y dice verdades cuando hay que decirlas, así esas verdades duelan. El amigo Guido, es un personajazo de la ciudad fronteriza. Goza del aprecio, del cariño y de la simpatía del pueblo maicaero. Aunque también tiene sus detractores, ya que no es monedita de oro de todo el mundo. Como reza el aforismo popular ¿Cuándo alguien le a tirado piedras a un árbol que no da frutos? Jamás, a no ser que ese alguien le ladre a la luna. El amigo Guido es y seguirá siendo un hombre importante en su Maicao del alma y de sus amores.
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