
Belisa Daza, “la novia de Villanueva” o “Belisita” es una matrona conservadora Villanuevera que se ha hecho sentir en el transcurrir de su vida, llena de rosas y también de espinas. Es una señora de 82 años de edad que los sabe esconder a través de su sonrisa eterna, su vitalidad y su carácter y personalidad que lo muestra cuando las circunstancias lo ameritan. Su casa se ha constituido por décadas en el primer tertuliadero conservador, que alterna como en el caso de “la cueva” de Barranquilla con el dominó y la bohemia.
Por allí desfilan muchas personalidades especialmente del partido Conservador y ella, Belisa, siempre fue una seguidora insigne del Ex Gobernador y Ex Senador Rodrigo Dangond Lacaoture, aunque también liberales como mi padre Ospicio Baquero, el fallecido Canopan Cabello, Millo Estrada, eran clientes asiduos de este tertuliadero, sin olvidar la memoria del comerciante Alcides Morón y los de siempre: “Monga” Daza, Rolando Olivella, Rafael Peñaloza, Beto Daza Mojica, y una gallada de personalidades que todos los viernes y sábados se ponen cita donde Belisa.
Y es allí en esos fines de semana en que ocurren los sucesos donde “la novia de Villanueva”. Sucesos que ocurren al calor de una partida de domino y entre un buen saboreado Whiskey y a través de la euforia de los acontecimientos de la política o de la misma partida, suceden cosas que generan “sacadas de piedra”, verdades, mofas y hasta casi hechos violentos. Casos como el de un reconocido abogado, que ya disgustado con un amigo por una jugada que le hizo, lo viene a saludar y el abogado le espeta “a mí no me vengas a saludar, rata de alcantarilla” o lo que le sucedió a un arquitecto con un Ingeniero civil, donde este último producto de la sacada de juego, le tira un mango, que si el arquitecto no es hábil, el mango le reposta en la cara, o lo que el mismo ingeniero civil le sucedió con un abogado al cual le tiró una butaca, producto de una mala jugada del dominó.
El ingeniero es cascarrabias jugando, la bota fácil, pero es buena gente y se vuelve pura sonrisa. O lo que le paso a un politólogo con la misma Belisa, que tuvieron diferencias por cuestiones de la política o lo que le sucedió a un afamado medico que también tuvo sus palabras con la dueña del tertuliadero y el disgustado se retiro temporalmente del sitio, pero al cabo de un tiempo regresó y hoy son otra vez felices, como buenos amigos que han sido. ¿Será que Belisa está tomando ese famoso oxigeno?
Y uno de Castilla la grande que irrumpió a la misma Belisa, y ella lo echó y este personaje no ha vuelto más por el lugar. O lo que le ocurrió a un cura que colgó los hábitos que se fue a trompadas limpias con un hermano por cuestiones de honor y de autoridad familiar. O lo que le ocurrió a un jefe de campaña con su jefe político que le dio una sonora cachetada y entre ires y venires hicieron las paces y hoy son nuevamente amigos. O lo que le ocurrió a un diplomático con un notario que se desafiaron a millones puestos sobre la mesa, por una partida del dominó y que la concurrencia reían a carcajadas, ya que manifestaban que ellos lo hacían porque se la ganaban fácil. O lo que le ocurrió a un reconocido Folclorista, quien es saludado siempre por Poncho Zuleta, que tuvo una pelea con un pariente de Belisa, y este puso a la dueña del tertuliadero a escoger entre el familiar y él y el pariente opto por retirarse, para que ella no perdiera al cliente preferido.
Son los sucesos que cada fin de semana ocurren donde Belisa, que se ha convertido en el sitio predilecto de un selecto grupo de amigos que acuden allí a ese lugar a disfrutar de la vida en sana paz y a comentar los últimos acontecimientos de la política, de la misma vida cotidiana y sobre todo donde reina la concordia, el buen humor y la tertulia se ve por doquier en la casa veraniega de esta matrona Villanuevera.
Por allí desfilan muchas personalidades especialmente del partido Conservador y ella, Belisa, siempre fue una seguidora insigne del Ex Gobernador y Ex Senador Rodrigo Dangond Lacaoture, aunque también liberales como mi padre Ospicio Baquero, el fallecido Canopan Cabello, Millo Estrada, eran clientes asiduos de este tertuliadero, sin olvidar la memoria del comerciante Alcides Morón y los de siempre: “Monga” Daza, Rolando Olivella, Rafael Peñaloza, Beto Daza Mojica, y una gallada de personalidades que todos los viernes y sábados se ponen cita donde Belisa.
Y es allí en esos fines de semana en que ocurren los sucesos donde “la novia de Villanueva”. Sucesos que ocurren al calor de una partida de domino y entre un buen saboreado Whiskey y a través de la euforia de los acontecimientos de la política o de la misma partida, suceden cosas que generan “sacadas de piedra”, verdades, mofas y hasta casi hechos violentos. Casos como el de un reconocido abogado, que ya disgustado con un amigo por una jugada que le hizo, lo viene a saludar y el abogado le espeta “a mí no me vengas a saludar, rata de alcantarilla” o lo que le sucedió a un arquitecto con un Ingeniero civil, donde este último producto de la sacada de juego, le tira un mango, que si el arquitecto no es hábil, el mango le reposta en la cara, o lo que el mismo ingeniero civil le sucedió con un abogado al cual le tiró una butaca, producto de una mala jugada del dominó.
El ingeniero es cascarrabias jugando, la bota fácil, pero es buena gente y se vuelve pura sonrisa. O lo que le paso a un politólogo con la misma Belisa, que tuvieron diferencias por cuestiones de la política o lo que le sucedió a un afamado medico que también tuvo sus palabras con la dueña del tertuliadero y el disgustado se retiro temporalmente del sitio, pero al cabo de un tiempo regresó y hoy son otra vez felices, como buenos amigos que han sido. ¿Será que Belisa está tomando ese famoso oxigeno?
Y uno de Castilla la grande que irrumpió a la misma Belisa, y ella lo echó y este personaje no ha vuelto más por el lugar. O lo que le ocurrió a un cura que colgó los hábitos que se fue a trompadas limpias con un hermano por cuestiones de honor y de autoridad familiar. O lo que le ocurrió a un jefe de campaña con su jefe político que le dio una sonora cachetada y entre ires y venires hicieron las paces y hoy son nuevamente amigos. O lo que le ocurrió a un diplomático con un notario que se desafiaron a millones puestos sobre la mesa, por una partida del dominó y que la concurrencia reían a carcajadas, ya que manifestaban que ellos lo hacían porque se la ganaban fácil. O lo que le ocurrió a un reconocido Folclorista, quien es saludado siempre por Poncho Zuleta, que tuvo una pelea con un pariente de Belisa, y este puso a la dueña del tertuliadero a escoger entre el familiar y él y el pariente opto por retirarse, para que ella no perdiera al cliente preferido.
Son los sucesos que cada fin de semana ocurren donde Belisa, que se ha convertido en el sitio predilecto de un selecto grupo de amigos que acuden allí a ese lugar a disfrutar de la vida en sana paz y a comentar los últimos acontecimientos de la política, de la misma vida cotidiana y sobre todo donde reina la concordia, el buen humor y la tertulia se ve por doquier en la casa veraniega de esta matrona Villanuevera.
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