17 de abril de 2019

Con un trabajo articulado y coordinado entre el Estado, empresa privada, ONG y ciudadanía. La Guajira requiere cambiar el modelo económico por uno sin dependencia de la industria extractiva


"La Guajira tiene una ubicación geoestratégica de alto valor para el país, que le ofrece oportunidades excepcionales de desarrollo, pero que ni la nación ni el Departamento han sabido aprovechar"


Fuente: Diario del Norte/ Fotografías tomada de Google

"Con un trabajo articulado y coordinado entre el Estado, empresa privada, ONG y ciudadanía. La Guajira requiere cambiar el modelo económico por uno sin dependencia de la industria extractiva"


La Guajira tiene una ubicación geoestratégica de alto valor para el país, que le ofrece oportunidades excepcionales de desarrollo, pero que ni la nación ni el Departamento han sabido aprovechar. Igualmente, requiere pasar la página en la que se le identifica como una región de la frontera nororiental colombiana en donde la mayoría de su población, especialmente la indígena, se encuentra en condiciones de pobreza y sus instituciones dependen de las transferencias de las regalías que se generan en el contexto de un modelo de desarrollo extractivo. Así lo dio a conocer en un informe el Centro de Pensamiento Guajira 360°.

Asegura el documento que "pasar la página es obligante, dado que el momento histórico se caracteriza por el decline de la producción carbonífera y el agotamiento de las reservas de gas", que se han constituidos en la base de la producción regional durante los últimos 40 años.

Para superar esta fase, se hace necesario generar acuerdos entre la nación y  la región con dos objetivos básicos: iniciar un proceso de cierre de brechas sociales, el cual se propone acometer entre el 2019 y el 2030, buscando disminuir la incidencia de la pobreza y la desigualdad, en  consistencia con los objetivos de Desarrollo Sostenible ODS y generar obras e inversiones de apoyo a la producción que permitan acercar el Estado al territorio y con ello ampliar las condiciones y dinámicas de los mercados.


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Estas acciones desde una visión compartida son determinantes para que el Departamento pueda ingresar a un modelo de desarrollo económico diversificado y sin la tradicional dependencia de la industria extractiva. Para lograrlo, se puede aprovechar la posición geoestratégica de la península, la multiculturalidad existente en el territorio, la diversidad agroecológica y el desarrollo de un modelo de gobernanza donde exista un trabajo articulado y coordinado entre los actores presentes en el territorio: Estado, empresa privada, ONG y ciudadanía.

Dado que la debilidad institucional del Departamento genera efectos negativos en aspectos políticos, sociales y económicos, se requiere avanzar en un proceso de fortalecimiento de las instituciones regionales y locales, las cuales deben ser capaces de administrar con pertinencia y calidad los recursos que demanda el cierre de brechas, la inclusión social y la reconversión productiva en el territorio.

Por el lado de la nación, se hace importante acometer reformas al Sistema General de Regalías para apoyar a los departamentos y municipios productores en su reconversión económica.

Invertir en la inclusión social y en la disminución de las brechas sociales que mantiene el departamento de La Guajira, permite sentar las bases para cambiar el actual modelo de desarrollo económico, por uno de menor dependencia de la industria extractiva, lo que implica generar acuerdos de afinidad dentro de los diferentes niveles del Estado.

Para ello hay que focalizar y fortalecer la oferta estatal para disminuir la incidencia de la pobreza y la desigualdad en el territorio; cerrar las brechas que mantiene el Departamento en 5 sectores priorizados en el Caribe colombiano y relacionado con la educación, la salud, nutrición, infraestructura  de  acueducto  y  alcantarilladlo,  instituciones  y  calidad   del gasto, para lo cual se requerirán recursos del orden de los US$ 2.153 millones; crear un Fondo de Reconversión Económica Regional para apoyar a los departamentos productores y ampliar la cobertura regional de la estrategia de Obras por Impuestos y profundizarla a través de Obras por Regalías.

Dado que La Guajira tiene una alta dependencia económica del sector extractivo y de las instituciones públicas, situación que en la actual transición no son sostenibles, hace obligante construir una nueva economía  a partir de crear  condiciones que le permitan convocar y estimular la inversión hacia la región. El sector agropecuario, la generación de energía renovable y el turismo concentran las mayores oportunidades derivadas de las ventajas competitivas del Departamento. Para su despegue, estas acciones deben articularse con las de la minería, teniendo en cuenta la noción de "mejor estar" de las comunidades indígenas, el desarrollo de alianzas y encadenamiento productivo en los territorios ancestrales.

En este propósito, se necesita que la nación acuerde con la región un conjunto de obras de infraestructura que permitan su articulación con el modelo de desarrollo nacional y que sean útiles para ampliar e integrar procesos de mercado. Obras como la terminación la Represa del río Ranchería, la construcción de acueducto regional Uribia — Manaure — Maicao, la nacionalización de La  Universidad de La Guajira, la vía que integra a Puerto Brisa — Tomarrazón — Distracción — San Juan del Cesar — Valledupar, la circunvalar de la frontera, la vía al Cabo de La Vela, la internacionalización  de las operaciones aeropuerto de Riohacha, entre otras inversiones, son cruciales para el fomento del turismo y el comercio internacional de los excedentes del sector agrícola.

Esas acciones se deben soportar con el diseño de un modelo de relacionamiento multicultural, especialmente en el sector educativo para que responda a las características, potencialidades y necesidades del Departamento, haciendo lo pertinente con las oportunidades económicas de las subregiones, fomentando la investigación y el emprendimiento para la agregación de valor.

Por último, los procesos de desarrollo social y económico, se edifican desde la fortaleza y calidad de las instituciones. El fortalecimiento de la cultura del cuidado de los bienes públicos y promoción de la cultura de la legalidad, permite hacer eficiente y funcional la estructura pública político administrativa del Departamento y sus municipios.



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