"Atacante croata Mario Mandzukic" |
Fuente El Heraldo
"El atacante croata Mario Mandzukic corrió muchísimo en las semifinales contra Inglaterra antes de marcar el gol que clasificó a su país para la final del Mundial (2 – 1 en alargue)"
El
atacante croata Mario Mandzukic corrió muchísimo en las semifinales contra
Inglaterra antes de marcar el gol que clasificó a su país para la final del
Mundial (2 – 1 en alargue). Igual que corría ya hace veinte años en su ciudad,
en Slavonski Brod, por las orillas del río Sava, en la región de Eslavonia, al
este del país, en la que forjó su mentalidad de atleta de élite.
Su
primer entrenador, Damir Ruhek, tiene hoy 58 años y sigue trabajando para el NK
Marsonia Slavonski Brod. Su primer maestro del fútbol recuerda aquel 1996 y el
regreso a su ciudad natal del pequeño Mandzukic, después de unos años en Bosnia
y luego Alemania, donde había sido cobijado durante la guerra en los Balcanes.
Aquel
niño de 10 años, en 1996, entró en la escuela de fútbol del Marsonia Slavonski
Brod. “Su
padre Mato, que jugaba también al fútbol, me pidió que echara un vistazo a su
hijo. Le dije ‘Ok’. Si bien era demasiado pequeño para jugar con ese equipo,
por lo que le metimos con los más chiquitos”, cuenta a la AFP en una entrevista
telefónica.
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“Pero
después de los dos o tres primeros entrenamientos, vi que tenía algo especial.
Sobresalía del resto por su velocidad, pero también por su resistencia para
correr”, apunta Ruhek.
“Cuando
llegó, no podíamos usar el campo principal, destruido por los bombardeos de la
guerra. El estadio está ubicado a lo largo del Sava y, de la otra margen,
estaban las fuerzas serbias”, cuenta el entrenador.
Del estadio a la playa
“Los
chicos más grandes se entrenaban en el campo de juego anexo, pero a los más
chicos les hacíamos sobre todo correr... Del estadio a las playas de Poloj,
donde se entrenaban, hay más de 2,5 kilómetros”, explica.
“Para
llevarlos hasta allí, ponía a los dos arqueros en el auto (...) pero los otros
tenían que correr. Y el pequeño Mario Mandzukic era siempre el primero. Un
milagro”, revela.
A los
17 años, el joven Mandzukic corría 3,35 kilómetros en doce minutos, comenta su
profesor de gimnasia que siguió durante seis años la explosión del futbolista
en el Slavonski Brod, equipo de una comunidad de 50.000 habitantes.
También
recuerda el perfeccionismo de su pupilo, de su insatisfacción sobre su
rendimiento los días en que no anotaba los goles del equipo.
Tras
una única temporada en el club que hoy disputa la tercera división, Mario se
marchó a la capital para militar en el NK Zagreb y luego pasar al gigante
Dinamo Zagreb, donde brillará principalmente en Copa de Europa.
Posteriormente,
se va al extranjero y se convierte en ‘Super Mario’ para sus compatriotas,
primero en el Wolfsburgo y más tarde en los gigantes Bayern Múnich, Atlético
Madrid y actualmente Juventus de Turín, donde compartirá vestuario con
Cristiano Ronaldo, flamante incorporación de los italianos.
Coterráneo de Suker
Pese a
su éxito internacional, Mario jamás olvidó al NK Marsonia, donde hizo su debut
profesional otro gran número 9 de la selección croata en el pasado, Ivica Olic.
“Cada
año, realmente cada año, Mandzukic viene y trae camisetas y botas para los
niños de la escuela de fútbol. Hace algunos años, nos dio dinero para rehacer
nuestro vestuario y sus duchas. No nos ha olvidado”, confía Ruhek.
Según
la prensa local, también desembolsó 3.000 euros para pagar una ronda de
cervezas para festejar la victoria en cuartos de final frente a Rusia, dentro
de las murallas de Slavonski Brod.
El
jueves pasado, la comuna de Slavonski Brod lo declaró ciudadano ilustre. Según
el alcalde Mirko Duspara, es “un fantástico deportista, pero más aún un hombre
de gran corazón”.
“Él me
llama, tengo camisetas del Wolfsburgo y del Bayern (...) Cuando jugaba en el
Dinamo, siempre me mandaba boletos para los partidos. Es un gran jugador y un
gran caballero”, apunta Ruhek.
Con 32
goles, ‘Super Mario’ es hoy el segundo máximo artillero de la historia de
Croacia, detrás de otro niño de Eslavonia, un tal Davor Suker, nacido en
Osijek, a unos cien kilómetros al norte de la casa de Mario.
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