"El iguano, el primer bus escolar de Villanueva" |
Por: Elider Villar Ustariz
En Villanueva sucedió con la llegada de un bus escolar al Colegio Nacional Roque de Alba, como cuando Melquiades llevó por primera vez el hielo a Macondo. Todos los roquelinos querían montarlo, tocarlo o verlo de cerca. Era la primera vez en la región que un bus llegaba a una institución educativa.
Su único chofer durante más de 35 años, José Juan Vega Geovanetti, recuerda que él fue a recibir el vehículo a Santa Marta en compañía del rector y el pagador del Roque de Alba.
El bus referenciado es un Dodge 500 brasilero, el cual costó 240 mil pesos. Era tanto el entusiasmo en Villanueva por tener un bus que fue recibido en lo que es hoy finca Villa Katy; con el estallido de voladores, conjunto vallenato, profesores, estudiantes, padres de familia y hasta el alcalde, quien dejó su despacho por varias horas para unirse al cortejo.
Por su color, los estudiantes en una ceremonia de un centro literario bautizaron el vehículo con el nombre de ‘El Iguano’. El bus durante muchos años prestó el servicio de transporte a estudiantes y profesores desde Urumita, El Molino y los diferentes barrios de Villanueva al Roque de Alba.
Sin embargo, no todo era felicidad para ‘El Iguano’, desde hace cerca de cinco años, a pesar de encontrarse en buenas condiciones, debido a que el último arreglo se lo practicó el famoso mecánico villanuevero ‘Toño’, allí se encuentra en uno de los patios de la institución educativa Roque de Alba, solo, a veces a pleno sol y otras azotado por los fuertes aguaceros.
No lo ponen a prestar el servicio de transporte estudiantil, porque se encuentra indocumentado, lo que le imposibilita transitar por las carreteras. El profesor Luis Rafael Mendoza Gámez, con 35 años de estar laborando en el plantel educativo, recuerda: “El bus llegó al Roque de Alba, más o menos en el año 1974; el vehículo era una herramienta fundamental en cuanto a los desplazamientos que debían hacerse, para transportar a los estudiantes desde los diferentes barrios a la institución. Jugó un papel preponderante con la Banda Cívica del colegio, en él nos trasladábamos a los lugares cercanos, y siempre lo hacíamos con la seguridad y confianza que nos brindaba el vehículo, lo mismo que su conductor José Juan Vega”.
Con relación a la ‘partida de bautismo o el pasaporte del bus’, el profesor Mendoza manifiesta: “Se hicieron ingentes esfuerzos cuando estaba John Montero de secretario de Gobierno Municipal, hay que admitir que él estuvo muy interesado en que el bus volviera a funcionar”.
“Recuerdo que una vez lo ‘enchiveraron’ en Valledupar, la Policía nos lo entregó, pero después de la siguiente advertencia: ‘la próxima vez que ese vehículo caiga en nuestras manos, no saldrá más, así sea oficial’. Por eso, se encuentra archivado, paralizado en el patio del Roque”, comentó.
“Algo curioso, que siempre me llamaba la atención era el sentido de pertenencia que los estudiantes tenían por el bus. En algunas ocasiones, los mismos estudiantes lo pintaron y le arreglaron los achaques mecánicos. El bus del Roque era nuestro consentido. Nosotros los profesores hacíamos colectas con dinero en efectivo, cuando el bus se dañaba, para mandarlo a arreglar y mantenerlo en forma”, señaló.
La rectora de la legendaria y prestigiosa institución educativa, Josefina Ramírez David, también hace memoria: “Cuando ingresé a la institución, siempre tuve la inquietud de que ese bus sirviera para el transporte escolar a los estudiantes. Hice las vueltas, desplazándome hasta Riohacha al Tránsito, igualmente, lo hice a Santa Marta, en donde tratábamos de buscar algún documento que nos sirviera a nosotros para conseguirle todos los papeles al bus, lo que era la placa, tarjeta de propiedad y el seguro, e inclusive tuve la oportunidad de viajar hasta Bogotá donde también llegué con la inquietud hasta la Dian para ver qué posibilidades habría de conseguir algún documento que nos sirviera para nosotros hacerle todos los papeles al bus, a fin de ponerlo en funcionamiento, desafortunadamente, nada encontré”.
“Al llegar al Roque de Alba, lo único que encontré fue un papel de compraventa muy borroso, donde no se aprecia ninguna lectura. Es decir, no se halló ninguna clase de documento”, puntualizó.
Su único chofer durante más de 35 años, José Juan Vega Geovanetti, recuerda que él fue a recibir el vehículo a Santa Marta en compañía del rector y el pagador del Roque de Alba.
El bus referenciado es un Dodge 500 brasilero, el cual costó 240 mil pesos. Era tanto el entusiasmo en Villanueva por tener un bus que fue recibido en lo que es hoy finca Villa Katy; con el estallido de voladores, conjunto vallenato, profesores, estudiantes, padres de familia y hasta el alcalde, quien dejó su despacho por varias horas para unirse al cortejo.
Por su color, los estudiantes en una ceremonia de un centro literario bautizaron el vehículo con el nombre de ‘El Iguano’. El bus durante muchos años prestó el servicio de transporte a estudiantes y profesores desde Urumita, El Molino y los diferentes barrios de Villanueva al Roque de Alba.
Sin embargo, no todo era felicidad para ‘El Iguano’, desde hace cerca de cinco años, a pesar de encontrarse en buenas condiciones, debido a que el último arreglo se lo practicó el famoso mecánico villanuevero ‘Toño’, allí se encuentra en uno de los patios de la institución educativa Roque de Alba, solo, a veces a pleno sol y otras azotado por los fuertes aguaceros.
No lo ponen a prestar el servicio de transporte estudiantil, porque se encuentra indocumentado, lo que le imposibilita transitar por las carreteras. El profesor Luis Rafael Mendoza Gámez, con 35 años de estar laborando en el plantel educativo, recuerda: “El bus llegó al Roque de Alba, más o menos en el año 1974; el vehículo era una herramienta fundamental en cuanto a los desplazamientos que debían hacerse, para transportar a los estudiantes desde los diferentes barrios a la institución. Jugó un papel preponderante con la Banda Cívica del colegio, en él nos trasladábamos a los lugares cercanos, y siempre lo hacíamos con la seguridad y confianza que nos brindaba el vehículo, lo mismo que su conductor José Juan Vega”.
Con relación a la ‘partida de bautismo o el pasaporte del bus’, el profesor Mendoza manifiesta: “Se hicieron ingentes esfuerzos cuando estaba John Montero de secretario de Gobierno Municipal, hay que admitir que él estuvo muy interesado en que el bus volviera a funcionar”.
“Recuerdo que una vez lo ‘enchiveraron’ en Valledupar, la Policía nos lo entregó, pero después de la siguiente advertencia: ‘la próxima vez que ese vehículo caiga en nuestras manos, no saldrá más, así sea oficial’. Por eso, se encuentra archivado, paralizado en el patio del Roque”, comentó.
“Algo curioso, que siempre me llamaba la atención era el sentido de pertenencia que los estudiantes tenían por el bus. En algunas ocasiones, los mismos estudiantes lo pintaron y le arreglaron los achaques mecánicos. El bus del Roque era nuestro consentido. Nosotros los profesores hacíamos colectas con dinero en efectivo, cuando el bus se dañaba, para mandarlo a arreglar y mantenerlo en forma”, señaló.
La rectora de la legendaria y prestigiosa institución educativa, Josefina Ramírez David, también hace memoria: “Cuando ingresé a la institución, siempre tuve la inquietud de que ese bus sirviera para el transporte escolar a los estudiantes. Hice las vueltas, desplazándome hasta Riohacha al Tránsito, igualmente, lo hice a Santa Marta, en donde tratábamos de buscar algún documento que nos sirviera a nosotros para conseguirle todos los papeles al bus, lo que era la placa, tarjeta de propiedad y el seguro, e inclusive tuve la oportunidad de viajar hasta Bogotá donde también llegué con la inquietud hasta la Dian para ver qué posibilidades habría de conseguir algún documento que nos sirviera para nosotros hacerle todos los papeles al bus, a fin de ponerlo en funcionamiento, desafortunadamente, nada encontré”.
“Al llegar al Roque de Alba, lo único que encontré fue un papel de compraventa muy borroso, donde no se aprecia ninguna lectura. Es decir, no se halló ninguna clase de documento”, puntualizó.
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