15 de junio de 2014

Con goles de Armero, Teófilo y James, la Amarilla arrolló 3-0 a Grecia en un estreno histórico en el Mundial, tras 16 años de ausencia.

"Armero vence al arquero griego con un derechazo"
"El tanto de Teófilo le dio tranquilidad a Colombia"
"James Rodríguez certificó la goleada ante Grecia"
Tomado por El Heraldo.com 

La magia del fútbol de Colombia quedó regada sobre el impecable césped del estadio Mineirao, que ayer fue una completa mancha amarilla, un pedazo de patria en Brasil. La escuadra dirigida por José Pékerman le ganó categóricamente a una difícil selección como la de Grecia, que plantó cara en el primer tiempo, pero que en el segundo se diluyó ante el buen accionar de su rival.
Se había hablado mucho de este partido, de la importancia de ganar en el debut, de superar el miedo escénico y Colombia lo logró ante un duro rival, lo cual le da mayor realce a la victoria, que lo pone en carrera hacia la segunda ronda.
Ayer el Mineirao fue una locura antes, durante y después del partido. Los bulliciosos aficionados colombianos no se querían mover del imponente escenario extasiados por la victoria 3-0 sobre los griegos y la buena presentación de su equipo.
Hacía tanto tiempo que no íbamos a un Mundial, tanto tiempo sin ganar siquiera un partido y menos con tanta superioridad, que el de ayer será un triunfo que recordaremos por mucho tiempo. Colombia entró pisando fuerte y con ganas de llegar lejos y de hacer historia en esta Copa del Mundo.
La famosa solidez defensiva de Grecia muy temprano hizo agua con el primer gol de Colombia. Corría el minuto 5 de la primera parte y llegaría la primera explosión de júbilo que estremecería al Mineirao. Sobre el sector derecho cayó Cuadrado, encaró a un griego, lo sacó de paso con una finta y tiró un centro al corazón del área, que James dejó pasar y desde atrás, con su pierna menos hábil apareció Pablo Armero, con un remate suave que lentamente fue metiéndose en la portería defendida por Karnezis. El Mineirao parecía a punto de venirse abajo, tal era la emoción con la que la totalidad de los hinchas colombianos cantaron el gol de Armero.
Pero después de esa acción, en la que se combinaron riqueza técnica y oportunismo, los griegos asumieron el control del partido. Guiados por el talentoso Salingidis, con el apoyo por los costados de Cholevas y Kone, y el desequilibrio, especialmente de Samaras por la izquierda, poco a poco se fue arrimando a predios de Colombia.
Grecia tocaba bien la pelota, le daba buen uso, pero carecía de contundencia arriba. En el medio Carlos Sánchez se batía como un león para tratar de controlar a los habilidosos del equipo contrario. Colombia marcó un claro 4-4-1-1, con Cuadrado e Ibarbo abierto por las bandas, Sánchez y Aguilar por el centro, James más adelantado y adelante únicamente Teófilo.
En los últimos minutos del primer tiempo, Colombia empezó a sacudirse un poco del dominio de Grecia, pero fue este equipo el que tuvo la oportunidad de irse al descanso con la igualdad en el marcador con un remate desde fuera del área de Kone que puso a volar a Ospina para enviar la pelota al tiro de esquina.
La fiesta colombiana se extendería en la parte complementaria. La cosa iba a ser a otro precio y James Rodríguez avisó al minuto 4 con tiro desde fuera del área que provocó el lucimiento del Karnezis.
Si Grecia tenía alguna esperanza de reacción, esta se esfumó con el segundo gol de Colombia, en los botines de Teófilo Gutiérrez. El tiro de esquina lo cobró James, en el primer palo la toca Aguilar y en el segundo aparece el delantero barranquillero para empujarla, con la punta del guayo a la red, y desatar nuevamente el delirio en Mineirao. Cuánto tiempo hacía que un futbolista atlanticense no marcaba en un Mundial, desde que Marcos Coll y Toño Rada hicieron sufrir a Lev Yashin en aquel famoso 4-4 ante la Unión Soviética en Chile 62.
Teo, que poco había aparecido en el encuentro, estuvo en el momento justo, demostrando ser un delantero efectivo, como lo fue en la eliminatoria. No está Falcao pero acá en Brasil está el del barrio La Chinita de Barranquilla probando que también tiene poder goleador.
Grecia estaba nocaut, aniquilado por Colombia, que en el segundo tiempo fue amo y señor de todo. Aún así los griegos tuvieron dos buenas posibilidades para descontar, primero con un cabezazo de Gekas que dio en el horizontal y después con un zapatazo del peligroso Samaras.
Pero faltaba más, el premio a uno de los más destacados en el equipo colombiano, el que en el segundo tiempo se echó el equipo al hombro e hizo que el equipo tuviera más tiempo la pelota: James Rodríguez. En tiempo de reposición, tras una combinación entre Cuadrado y Zúñiga, el primero se la sirvió con un taco a James que, como los que saben, con una frialdad pasmosa, definió suave a un costado de Karnezis para el 3-0.
Colombia vino con una consigna a Brasil, no irse temprano a casa. Ya superó el primer escollo, demostrando que lo que hizo en la eliminatoria y que le valió para ser cabeza de serie en el Mundial no fue gratuito.

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