20 de septiembre de 2012

Villanueva, tierra de dinastías y de fortalecimiento musical en La Guajira

"En común que los artistas Villanueveros se encuentren en diferentes escenarios, pero el de Villanueva es el natural"

Tomado por Diario del Norte
Fotografía suministrado por Puro Villanueva

Para la década de los 90, cuando el “padre del acordeón”, Abel Antonio Villa, fue invitado a una versión del Festival Cuna de Acordeones, dijo que “en cada metro cuadrado de Villanueva hay 4 músicos”. Seguidamente, un grupo de estudiantes del colegio Nacional Roque de Alba encuestó a la población y dio como resultado que el 36% de los Villanueveros viven de la música vallenata y un 6% en otro género.

Todo indica que la música vallenata se ha convertido para los Villanueveros en la principal actividad económica, más que en cualquier otra población del país, sin desconocerle el aporte y fortalecimiento al folclor vallenato a través de las dinastías que cada día brotan  tal vez de la misma forma como han nacido las piedras en su suelo.

Esa cultura musical, que se va transmitiendo y conservando entre hijos, sobrinos, nietos y demás grados de consanguinidad naciente de un tronco musical, es lo que le llamamos dinastía como la misma que nos dejó Emiliano Zuleta Baquero con “Poncho” y Emiliano para no mencionarlos a todos.

Escolástico Romero con sus hijos, así como los Cuadrado, Maestre, Socarras, Fernández, Celedón, Centeno, Ovalle, Quintero, Mendoza, Orsini, Torres y una pléyade infinita de todas aquellas que también se desempeñan no solamente en la ejecución del acordeón, canto o en la composición, sino en la percusión, música de viento y otra serie de instrumentos del genero Universal de la música.

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