17 de junio de 2010

El valor presente del futuro


Por: Hernán Baquero Bracho

Nadie, ni el más osado vaticinador, se habría aventurado a predecir los profundos y trascendentales cambios que hoy se escenifican en el concierto de la nación, tan súbitos como vertiginosos; conjugado con los resultados electorales del pasado 30 de mayo, donde fueron derrotadas las diferentes firmas encuestadores y los grandes medios de comunicación y con ello afirmando la confianza que el país tiene en el próximo presidente de Colombia Juan Manuel Santos; es como si se estuviera barajando para volver a repartir y reanudar el juego. Son días en que transcurren años de historia, como hay años de letargo y reflujo, en que solo transcurren días de historia, en que la modorra y el inmovilismo se aposentan en el alma de los pueblos y, más bien, son proclives a la involución del cambio y las transformaciones alcanzadas.

Atrás quedaron los años de historia donde La Guajira quedó mal parada en las elecciones del año 2006, derrotando en las urnas al mejor presidente que ha tenido Colombia en las ultimas décadas, Álvaro Uribe Vélez y ganando el polo democrático con su candidato Carlos Gaviria y con ello perdió La Guajira. Pero hoy ningún dogma ha quedado en pie y menos la ola verde que amenazaba en la lucha feral entre hirsutos nacionalismos y como trasfondo de todo ello, vivimos una etapa de transición, con amenazas y oportunidades, en el curso de la cual, las distintas fuerzas buscan un mejor posicionamiento estratégico, tratando de sacarle ventaja a la recomposición del ajedrez de la geopolítica y al realinderamiento de las fuerzas en contienda. Y todo esto será refrendado por todos los guajiros y todos los colombianos, el próximo 20 de junio, cuando Colombia entera elegirá mayoritariamente al nuevo presidente de los colombianos, Juan Manuel Santos.

Se ha dicho que lo contrario del bien no es el mal sino la ignorancia. ¡Nada más cierto! El socorrido silogismo de “pienso luego existo”, se tornó en un anacronismo, pues en los tiempos que corren, es más atinado afirmar “estoy informado, luego existo”. Aunque puede resultar libidinoso para el avestruz, enterrar la cabeza en la arena, la sociedad que lo hace sucumbe irremisiblemente bajo el peso de su propia dejadez, condenada al imperio de lo efímero y a la gesticulación frustránea del mutismo baldío. Se trata, entonces, de apercibirnos, de despabilarnos, abordando nuestro entorno con sentido de pertenencia, para no cumplir el simple papel de espectadores, sino el de artífices de nuestro propio destino. Y a esto debemos apuntar todos los maicaeros el próximo 20 de junio, refrendando lo realizado el pasado 30 de mayo y reafirmada confianza y la credibilidad que genera el nuevo presidente de los colombianos Juan Manuel Santos.

No maldigamos la oscuridad, si ella no es la culpable de nuestros fracasos, miremos más bien el porvenir que es luminoso y lleno de esperanza con Juan Manuel que se ha ganado el corazón de los guajiros y de los maicaeros. ¡que así sea!.

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