15 de mayo de 2009

La Guajira en el Contexto Nacional

Por: Hernan Baquero Bracho
Entendemos como desarrollo económico, la participación de La Guajira en el Producto Interno Bruto del país, mediante el aprovechamiento de los recursos humanos, naturales, físicos y tecnológicos disponibles, con el fin de mejorar el nivel de vida de los habitantes de la península. El objetivo primordial de cualquier actividad económica de una región, es conseguir que la productividad beneficie directa y equitativamente a su población, en términos de bienestar, empleo, comodidad y satisfacción de las principales necesidades.

Mientras somos el uno por ciento de la población contribuimos con el 16% del Producto Interno Bruto nacional; esto significa que cada guajiro produce más que muchos otros habitantes del territorio patrio. El sesenta por ciento (60%) de nuestro producido está dado por el sector minero energético, en contraste con el país para el que solo se representa el cuatro por ciento (4%). En cambio, la industria local es bastante reducida, representando apenas un 0.7% cuando Colombia significa el 21,7%, ¿Qué concluimos de esta realidad estadística? Que la explotación de los recursos naturales abundantes que poseemos no sufre ninguna transformación local, y además, tampoco tienen asiento en La Guajira otros procesos industriales.

Por ello insistimos en impulsar la localización de industria en el departamento, bien para transformar los productos naturales que se explotan y aquello inexplorados, al igual que otros industrias que, basadas en la localización geográfica y en las ventajas tributarias que se derivan de la ley de fronteras, se aprestan a ubicarse en la región. Afincamos también nuestra expectativa de desarrollo en el comercio. Cuando ya contamos con un régimen, que nos permite hacer transito hacia la completa incorporación de las actividades comerciales al sistema legal, nos corresponde hacer un esfuerzo para ponernos a tono con las exigentes condiciones de los mercados internacionales. Valga aquí mencionar una debilidad de nuestro sistema. La falta de grupos empresariales; no ha sido nuestra vocación y costumbre trabajar en forma asociativa y facilitar la cohesión gremial.

Tenemos que poner por obra el impulso a la agregación de capitales mediante asociaciones de esfuerzo, comunes en otras latitudes y esquivas en las propias. Si queremos recibir con los brazos abiertos a inversionistas foráneos, debemos mostrar que nuestro sector privado es capaz de responder a estos restos, y de darle a los negocios el tinte indispensable del empresario, en el sentido amplio del termino. Nuevas formas de comercializar están disponibles para nosotros y los mercados se encuentran a boca de jarro de la iniciativa privada. Hay que aprovecharlo. Se requiere para ello superar la mentalidad cortoplacista del negociante para pensar en inversiones de largo alcance y maduración, que dejen para La Guajira una mayor estabilidad productiva. No podemos seguir viendo pasar el comercio que se realiza con Venezuela, sin aprovecharnos de él; centros de distribución de carga, servicios a los transportadores e industriales, son solo ejemplos de lo que una visión comercial aguda puede poner en funcionamiento dentro del departamento.

Las regiones como la nuestra dotada por la naturaleza de excelentes recursos naturales, deben visualizar que no toda la vida van a vivir de ellos; que deben sembrarlos, para luego cosechar los frutos en una continua tendencia por brindarles a sus habitantes un mejor porvenir. Los guajiros sabemos esto. Y no vamos a ser inferiores al reto de lograrlo.

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