Henry Fayol afirmaba en 1908: “antes de actuar hay que saber lo que se puede y lo que se quiere”. Concepto que cada día tiene vigencia por cuanto implica la conclusión que “planificar es necesario”. ¿Qué es la planificación?. Según Newman es: “Decir por anticipado lo que hay que hacer”. Una planificación adecuada necesita una gran cantidad de información.
La Guajira ha estado creciendo y el crecimiento ordenado exige una planificación previa que atempere el ritmo de desarrollo. Cuando se circula por la autopista del desarrollo se necesitan “faros largos” (planificación a largo plazo) más potente cuanto mayor sea la oscuridad (riesgos e incertidumbres inherentes al futuro).
La ley del beneficio social sigue siendo una constante para todo gobierno y es el punto de arranque del proceso de planificación.
Todo buen gobernante deberá planificar su estrategia de desarrollo bajo el prisma de tomar hoy las decisiones que habrá que ejecutar mañana y si la planificación se origina en la información, pasada y prospectiva, que gran ayuda y qué oportuna una buena planificación para una región.
Plantear para el departamento de La Guajira un conjunto de estrategias y políticas coherentes, que permitan emprender un camino de progreso y bienestar, obliga a conocer información referidas a las oportunidades que ofrece el marco institucional y legislativo como el económico; en tal sentido, los estrategas deben identificar las oportunidades para aprovecharlas de la mejor manera posible, así como neutralizar las amenazas que puedan provenir del referido medio externo. Adicional a lo anterior, para revertir la situación de estancamiento de la economía departamental se debe llegar a conocer su dinámica interna, que permita identificar sus fortalezas y debilidades para hacerlas funcionales a una propuesta de desarrollo socioeconómico; por eso se plantea que La Guajira hay que buscarle industrialización y desarrollos agrícolas – ganaderos que hagan sostenibles su economía e incremente sus flujos comerciales. Para un proyecto de esta envergadura se requiere hacer funcional sus recursos energéticos (carbón y gas natural), los otros minerales (calizas, talco, yeso y sal), sus tierras áridas pero mecanizables y transformables en fértiles a partir de la irrigación; el mar y los paisajes por doquiera.
La Guajira ha estado creciendo y el crecimiento ordenado exige una planificación previa que atempere el ritmo de desarrollo. Cuando se circula por la autopista del desarrollo se necesitan “faros largos” (planificación a largo plazo) más potente cuanto mayor sea la oscuridad (riesgos e incertidumbres inherentes al futuro).
La ley del beneficio social sigue siendo una constante para todo gobierno y es el punto de arranque del proceso de planificación.
Todo buen gobernante deberá planificar su estrategia de desarrollo bajo el prisma de tomar hoy las decisiones que habrá que ejecutar mañana y si la planificación se origina en la información, pasada y prospectiva, que gran ayuda y qué oportuna una buena planificación para una región.
Plantear para el departamento de La Guajira un conjunto de estrategias y políticas coherentes, que permitan emprender un camino de progreso y bienestar, obliga a conocer información referidas a las oportunidades que ofrece el marco institucional y legislativo como el económico; en tal sentido, los estrategas deben identificar las oportunidades para aprovecharlas de la mejor manera posible, así como neutralizar las amenazas que puedan provenir del referido medio externo. Adicional a lo anterior, para revertir la situación de estancamiento de la economía departamental se debe llegar a conocer su dinámica interna, que permita identificar sus fortalezas y debilidades para hacerlas funcionales a una propuesta de desarrollo socioeconómico; por eso se plantea que La Guajira hay que buscarle industrialización y desarrollos agrícolas – ganaderos que hagan sostenibles su economía e incremente sus flujos comerciales. Para un proyecto de esta envergadura se requiere hacer funcional sus recursos energéticos (carbón y gas natural), los otros minerales (calizas, talco, yeso y sal), sus tierras áridas pero mecanizables y transformables en fértiles a partir de la irrigación; el mar y los paisajes por doquiera.
Una vez elaborado el análisis de escenarios internos y externos de la entidad territorial, surge la pregunta de cómo actuar para aprovechar las oportunidades del marco institucional y las condiciones favorables del departamento, y de esa manera lograr romper el circulo vicioso del escaso crecimiento económico en que se encuentra sumida La Guajira desde los primeros años de las dos décadas pasadas. Para dar respuesta a tal interrogante, se asume que la nueva fase de desarrollo económico tiene exigencias sistemáticas, por lo que una falla en el sistema educativo, financiero, en la estructura productiva o en los niveles de gobernabilidad, repercute sobre el sistema en su conjunto, limitando la competitividad de la empresa, la región o el país.
De acuerdo a lo anterior, se le apuesta a un grupo de estrategias y políticas, como UNO DE LOS CAMINOS para alcanzar una mejor gestión del desarrollo regional en el departamento de La Guajira; las cuatro estrategias propuestas son las siguientes:
1. Aumentar la inversión el la acumulación de conocimientos (educación, capacitación, tecnología, experiencia, maestría y doctorado);
2. Identificar y seleccionar un perfil productivo departamental (en el entendido de ser la justificación técnica y económica en base a las fortalezas de que goza la Península);
3. Consolidar la acumulación de poder político (sea por la vía de la descentralización fiscal y política que se viene impulsando en Colombia, o creado endógenamente, al interior de la entidad territorial); y
4. Generar un ambiente para la construcción de consenso, fundamentado en la credibilidad y legitividad (viabilidad social y política, que es lo que ha faltado en nuestro departamento.
De acuerdo a lo anterior, se le apuesta a un grupo de estrategias y políticas, como UNO DE LOS CAMINOS para alcanzar una mejor gestión del desarrollo regional en el departamento de La Guajira; las cuatro estrategias propuestas son las siguientes:
1. Aumentar la inversión el la acumulación de conocimientos (educación, capacitación, tecnología, experiencia, maestría y doctorado);
2. Identificar y seleccionar un perfil productivo departamental (en el entendido de ser la justificación técnica y económica en base a las fortalezas de que goza la Península);
3. Consolidar la acumulación de poder político (sea por la vía de la descentralización fiscal y política que se viene impulsando en Colombia, o creado endógenamente, al interior de la entidad territorial); y
4. Generar un ambiente para la construcción de consenso, fundamentado en la credibilidad y legitividad (viabilidad social y política, que es lo que ha faltado en nuestro departamento.
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