"La protesta se registró en Paraguachón ante la presencia de los militares Venezolanos" |
Tomado por El Tiempo
Lo que más preocupa a los habitantes de Maicao y Paraguachón (La Guajira) es que por el cierre de la frontera con Venezuela en este punto del país se desate una escasez de alimentos y de gasolina que desemboque en la especulación de precios.
Tras el cierre, en menos de 24 horas, en Maicao una botella de tres litros de gasolina que se compraba en 1.500 pesos en algunas esquinas subió a 3.000 pesos, y la pimpina, que carga 5 galones, de 9.000 subió a 25.000 pesos. “No hay escasez y ya está subiendo, imagínese en una semana”, dijo Alfredo Daza, quien maneja una camioneta transportando pasajeros entre Maicao y Paraguachón. (Lea también: Crisis fronteriza: a Santos se le acabó la paciencia con Maduro).
El comercio local también comenzó a resentirse, pues el movimiento de viajeros es lo que activa las ventas. Juan Carlos Pérez, que maneja un billar desde hace 20 años en Paraguachón, en la zona que se conoce como Tierra de Nadie, franja entre las dos fronteras en donde se han apostado una serie de negocios, aseguró que en un día vende hasta 20 canastas de cerveza, pero ayer antes del medio día no había alcanzado a vender una, “y eso que el sol está como para tomar frías”. (En fotos: Así se vive el cierre de la frontera en Paraguachón)
Mientras que en Maicao el comercio sintió la ausencia de los venezolanos que a diario llegan para hacer sus compras o a negociar con mercancías.
Varias manifestaciones de rechazo a la decisión del presidente Nicolás Maduro se presentaron ayer miércoles en la línea fronteriza. Unos 100 estudiantes de dos colegios indígenas de Paraguachón marcharon con su banda de paz para rechazar la medida, que impide que algunos estudiantes wayuu que viven en el lado venezolano crucen a recibir sus clases. Desde Venezuela venían profesores, líderes comunales y el sacerdote del pueblo. “No pueden detener a los niños para que reciban sus clases”, dijo la profesora Amarilis Paz.
Y Yudis Peralta Montes, presidente de la Junta de Acción Comunal de Paraguachón, recordó los lazos de fraternidad y unión que une a colombianos con venezolanos: “no hay necesidad de cerrar la frontera, somos gente de paz”.
La otra protesta fue de un grupo de unos 50 venezolanos que se encontraba de visita en algunas ciudades del caribe colombiano, y que cuando intentaron cruzar no los dejaron pasar. “Es un atropello, me tocó dejar el carro guardado en Maicao y regresar a ver si logro pasar caminando”, contó Rosalia González.
Ángel Rincón era otro venezolano que reclamaba con pancartas que lo dejaran pasar, pues había dormido allí en la frontera y solo le quedaban 10 mil pesos. “Estaba en Cartagena haciendo una vuelta y cuando regresé me encuentro con que no me dejan pasar por una orden presidencial”. (Lea también: Pese a ofensas, vamos a resolver crisis por la vía diplomática: Maduro)
También hicieron presencia en la frontera 14 de los 15 personeros municipales de La Guajira a mostrar su apoyo al pueblo de Paraguachón. "Rechazamos los abusos de los que están siendo víctimas nuestros connacionales”, dijo el personero de Maicao, Alexander Indaburo Martínez, quien añadió que ha recibido 56 denuncias de maltratos por parte de la Guardia Venezolana.
Según la oficina de Migración, que triplicó la presencia de funcionarios y trajo equipos para agilizar los trámites de ingreso o salida del país, solo 7 colombianos han sido deportados oficialmente por el gobierno venezolano y otros 240 han regresado voluntariamente, utilizando las trochas.
El martes la Guardia venezolana abrió por unos minutos la frontera para dejar pasar 4 buses con 111 pasajeros, de los cuales 8 eran colombianos, 6 peruanos, 2 sirios y el resto eran ecuatorianos y venezolanos.
Es el caso de Johan Redondo Martínez , de 26 años oriundo de Riohacha y quien trabajaba como chef en Villa del Rosario, en el Estado de Zulia, de donde se vino con sus hermanos y madre ante el maltrato de la guardia venezolana, “eso se puso maluco allá, persiguen a los colombianos como delincuentes”, dijo.
Se estima que entre los 450 kilómetros de frontera entre La Guajira y Venezuela hay 90 trochas conocidas, caminos en los que se hace difícil el control por parte de las autoridades. Es por aquí donde están saliendo y entrando colombianos y venezolanos.
El general Jorge Enrique Navarrate, comandate de la décima brigada del Ejército, aseguró que se ha intensificado la presencia de soldados en esta zona para controlar el contrabando de gasolina de Venezuela a Colombia.
En Paraguachón se montó un albergue para recibir a los nacionales que llegan a través de trochas pidiendo apoyo al gobierno para que los retorne a sus ciudades de origen.
Piden 'salvavidas': Más de 60 tractomulas con cargas de acero, papel higiénico, confitería, químicos, entre otros, es la mercancía colombiana represada en la frontera. Mucha de esta carga viene transportada desde Bogotá y Cali, que ante el cierre de la frontera en Cúcuta estaban sacando su mercancía por La Guajira.
El secretario de gobierno de Gobernación de La Guajira, Wilson Rojas, explicó que el cierre no sólo afecta al municipio de Maicao y al corregimiento de Paraguachón, sino o a todo el departamento, “hay una dependencia histórica con Venezuela debido al abandono del centralismo colombiano”.
Rojas dijo que solicitaron al Gobierno a través del Departamento de la Prosperidad Social (DPS) unos 1.500 empleos temporales, y combustible colombiano con precios iguales a los de Cúcuta, y que se exonere del IVA a los productos de la canasta familiar. "Pero que también se le aplique el subsidio fronterizo", señalo Rojas, quien pidió que les traigan provisiones lo más pronto posible para atender zonas como la Alta Guajira, “en donde comienza a escasear la comida", puntualizó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario