28 de los niños fallecidos fueron sepultados. Solidaridad de los guajiros con las 33 víctimas de la tragedia de Fundación

"Los habitantes de los municipios del departamento de La Guajira rindieron tributo por la memoria de las víctimas de la tragedia de Fundación - Magdalena"

Por: Ismael Fernández/ Diario del Norte Fotografías abajo Didier Hernández/ Twitter@villanueva24h

Los habitantes de diferentes localidades de La Guajira han participado en concentraciones, vigilias y cadenas de oración en memoria de los 33 niños que fallecieron calcinados en el trágico accidente que se registró en Fundación, Magdalena. 

La solidaridad es absoluta; El pasado 27 de Mayo, cuando salió de Barranquilla el cortejo fúnebre que trasladó los cuerpos de 28 de los 33 niños calcinados, diferentes buses que transportaban a miembros de la Iglesia Pentecostal desde La Guajira se concentraron en Mingueo, municipio de Dibulla, en una parada de solidaridad con sus hermanos pertenecientes a la Iglesia Pentecostal Unida de Fundación, al igual que los habitantes de Palermo, Ciénaga y Tucurinca. 

"La población de Villanueva asistio a la vigilia y elebo oraciones por los niños fallecidos"

Antes de la despedida que hicieron el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y los alcaldes de diferentes municipios por donde transitó el cortejo fúnebre, la Iglesia San José en Barrancas, con el presbítero Widmar Navarro y sus feligreses, ofició una misa en honor a cada uno de los niños fallecidos. 

En Villanueva, los habitantes de esta localidad se concentraron en el atrio de la Iglesia Santo Tomás para participar en una cadena de oración por la paz y gloria de cada una de las almas de los angelitos que fallecieron calcinados.

Además, la comunidad expresó su solidaridad con las familias que perdieron a sus pequeños hijos cuando regresaban de un retiro espiritual.

Horas antes del sepelio colectivo de la víctimas, soldados de los diferentes batallones pertenecientes a la Décima Brigada Blindada estuvieron presentes en el barrio Altamira de Fundación por orden del general Adelmo Fajardo Hernández, llevando ayudas humanitarias, apoyo psicológico y un acompañamiento permanente, así como cartas de los soldados acantonados en La Guajira, escritas con su propio puño y letra, para los familiares de las víctimas. 

Los militares también iniciaron un acompañamiento a la familia de dos soldados profesionales, pertenecientes a la Primera División del Ejército, que también enfrentan este drama, debido a que dos de sus niños fallecieron en el fatídico incendio del bus.