En Villanueva. Una vida llena de sueños e ilusiones, por un camino de dificultades y sacrificios

"Este hogar hoy sueña con tener una vivienda grande donde puedan estar tranquilos con sus hijos"

Por: Didier Hernández/ Twitter@villanueva24h


Las ganas de vivir y de superarse llevaron a Marcela Caballero a regresarse a La Guajira en busca de un futuro diferente para ella y sus hijos.

Pero el invierno la inauguró derribándole la casa humilde en la que vivía, la cual estaba hecha de estantes y el techo era una malla, de las que se utilizan para encerrar las obras de construcción.

A raíz de eso, esta familia actualmente habita una vivienda de material que antes no tenía techo y que ahora cuenta con uno de plástico con el que se cubren en gran parte del sol y del agua. 

Marcela Caballero y toda su familia, con sus miradas tímidas y perdidas, diariamente buscan entre las personas del municipio de Villanueva alguien que los ayude, ya que la zona en la que viven es de alto riesgo. 

Mientras ella y su esposo tratan de superarse, sus hijos,  a través de los estudios y las letras de sus libros, buscan  conocimientos que los hagan crecer, los cuales tal vez les alimenten su espíritu y les hagan saber que todavía, pese a las dificultades, es posible creer en un futuro mejor. 

Por eso, todos los días, incansablemente, Marcela Caballero y Juan Carlos Angarita trabajan con ganas y con las manos llenas de deseos, para sacar su hogar adelante.

“No tenemos ayuda de nadie, pero quisiéramos una colaboración que nos sirva para el bien de nuestra familia. Necesitamos un trabajo estable para subsistir en este camino de dificultades que muchas veces amenaza con llevarse los sueños”, manifestó esta madre de familia con una mirada triste, pero que guarda en lo más profundo de sus ojos sueños e ilusiones.

En esta vivienda, aunque no esté dotada de lujos y sí de muchas necesidades, se respira entre las cuatro paredes calor de hogar, amor, armonía y felicidad.

Por ello, aunque  el cansancio trate de vencerlos por momentos, sus manos y sus pies se aligeran para agarrar la carreta con la que Juan Carlos recoge chatarra para mantener a su familia.

Este hogar espera seguir con el empeño que ha tenido hasta ahora para tener una mejor vivienda y brindarles bienestar a sus hijos.


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