"La tarima Escolástico Romero se engalanara con la música Ranchera a partir de las 4 de la tarde del día de hoy" |
"Afiche promocional del Festival" |
Parece increíble, pero es entendible. En Villanueva, considerada la cuna de los mejores acordeoneros de Colombia, se inicia hoy un festival para rendir culto a la música ranchera o mexicana.
Increíble porque en el Villanueva Grande, cuando aún no existían Urumita, El Molino y La Jagua del Pilar como entes territoriales, nacieron los grandes juglares de la música de acordeón. Emiliano Zuleta Baquero y toda su dinastía, ‘Poncho’, ‘Emilianito’ y el resto de esa gran camada de grandes de nuestro folclor. En ese territorio fue donde Leandro Díaz le cantó a Matilde Lina. En estas hermosas tierras bañadas por ríos que bajan del Cerro Pintao, Moralito y Emilianito libraron grandes batallas musicales dando origen a la famosa ‘Gota fría’.
Israel Romero, considerado el más grande de los acordeoneros de nueva generación, nació en este terruño. Su hermano Rosendo sigue componiendo inspirado en el hermoso paisaje. Jorgito Celedón, su tío Daniel, ‘Beto’ Zabaleta y tantos juglares de la música tienen su origen en la tierra de los tira piedra, que hoy se viste de gala para darle paso a la música de México.
En la década de los 50 y 60, en todos estos lugares, se escuchaba música ranchera. Las emisoras ponían poca música autóctona o vernácula, para abrir sus puertas a Javier Solís, Antonio Aguilar, Sarita Montiel y tantos otros artistas de esa época. Por eso, en la Provincia de Padilla o cualquier otra región del Caribe existe ese arraigo por esa música que hacía honor a los charros, al amor, a las guerras de independencia del país centroamericano. Para esos años todo venía de México. Películas como ‘Cantinflas’, ‘Tin Tan’. Las novelas, revistas impresas y las radionovelas se vendían como pan caliente. Artistas como Jorge Rivero eran la sensación de esa época.
Los compositores y acordeoneros de la música vernácula del Caribe colombiano heredaron mucho de eso. Existe como una mezcla. Una gran afinidad. Los dos géneros musicales se concentran en la narración de las vivencias de las provincias, las historias de amor, el despecho, la traición. Por eso en Villanueva, tierra de grandes cultores musicales, desde hoy se rinde tributo a los charros enamorados.
Hace cinco años, al comerciante Alexander Sánchez, recién llegado a Villanueva, se le ocurrió armar el primer festival. El resultado fue exitoso, hasta el punto de generar un poco de celos con el Cuna de Acordeones. Afortunadamente, cada quien entendió que no había ni existen interferencias. Cada evento tiene vida propia y no afecta en nada, por el contrario, contribuye para darles a estas tierras en un realce total.
Eder Negrete Zuleta, haciendo honor a su apellido, tipo de charro mexicano, asumió la presidencia, a fin de rotar el manejo del evento y darle un poco de descanso a su creador Álex Sánchez. No le ha ido mal. Para hoy se tiene el arribo de todas las tropas de charros que llegan provistos de trompetas, acordeones, sombreros gigantescos, para presentarse en la tierra de los grandes cantores.
Una gran cabalgata a las cuatro de la tarde servirá de marco inaugural. Llegarán animales de paso fino de Valledupar, Bucaramanga y otras regiones para mostrar su destreza y capacidad en su andar.
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