En la cultura wayuu, existe la figura del Püchi o palabrero que viene a ser como el abogado entre los arijunas. Pues bien ese palabrero tiene poderes casi ilimitados dentro del proceder de esa misma cultura milenaria que siempre son utilizados para solucionar conflictos, arreglos de peleas de sangre, poderes para negociar con los mismos arijunas, entre otros, y en fin el palabrero es la figura que el wayuu respeta, admira, y calla cuando tiene que callar y obedece a lo que sabiamente el Püchi explica de acuerdo a las circunstancias y al problema que haya que solucionar en el momento indicado y en el tiempo señalado. El palabrero es la autoridad reconocida en la gran nación wayuu y esta figura imparte justicia, cuando así lo requiera. Es respetado y admirado por todas las etnias y los que ella la conforman.
El 29 de abril en la mítica Ranchería “La Paz” se vivieron momentos sublimes con el próximo presidente de los colombianos, Juan Manuel Santos, donde la comunidad indígena wayuu a través de sus voceros Laudelino Larrada y Luzmila Aguilar le entregaron el warrara o bastón de mando y el karrachi que infunden respeto y en un acto seremonial y solemne en nombre de los mayores se le entregó a Juan Manuel como un acto de amistad y de confraternidad lo que li distingue ante el pueblo wayuu como el palabrero mayor. Reconocimiento más que merecido y que lo compromete desde el próximo 7 de agosto, cuando asuma las riendas como presidente de los colombianos, a defender la causa y los intereses de la cultura wayuu.
Cultura esta milenaria que ha luchado contra todos los avatares desde que se asentaron en la península guajira y que primero la lucha fue a muerte contra los invasores españoles mal llamados conquistadores de la Nueva Granada, luego contra los abusos de los blancos o arijunas que los han esquilmado en todo: tierras, cultura , lengua, calidad de vida y más reciente contra algunos elementos de su misma etnia que como unos seudodirigentes que con tal de conseguir sus apetitos personales, han entregado a sus hermanos a la desdicha y al abandono. ¡Qué horror de estos cara pálidas que se han convertido en una vergüenza para los mismos wayuu! Ejemplos a montones sobran de este comentario.
Y Juan Manuel Santos como el palabrero mayor debe relinderar todos los procesos por la dignidad del pueblo wayuu. Debe solucionar el problema gravísimo de agua potable y de la sed milenaria que ha padecido el hermano wayuu y de igual manera debe reivindicar los problemas de insalubridad que ha padecido el indígena del gran desierto guajiro y de volverlos productivos y competitivos dentro de sus costumbres y de su cultura y que no siga siendo el paliativo de promesas insulsas que no se les cumple y dejar de ser como el perro de anarkos que se alimentan de los despojos de supervivencia de una civilización que nada les trae y nada les dice y antes por el contrario pisotean sus raíces culturales y su condición digna de un ser humano que ha sobrevivido a las penurias y las injusticias por centurias de esta gran nación wayuu que nos enorgullece a la mayoría de los guajiros. Usted presidente de los colombianos, Juan Manuel Santos Calderón tiene la palabra para derrotar a la ignominia que se ha cometido contra los wayuu. ¡Que así sea!.
El 29 de abril en la mítica Ranchería “La Paz” se vivieron momentos sublimes con el próximo presidente de los colombianos, Juan Manuel Santos, donde la comunidad indígena wayuu a través de sus voceros Laudelino Larrada y Luzmila Aguilar le entregaron el warrara o bastón de mando y el karrachi que infunden respeto y en un acto seremonial y solemne en nombre de los mayores se le entregó a Juan Manuel como un acto de amistad y de confraternidad lo que li distingue ante el pueblo wayuu como el palabrero mayor. Reconocimiento más que merecido y que lo compromete desde el próximo 7 de agosto, cuando asuma las riendas como presidente de los colombianos, a defender la causa y los intereses de la cultura wayuu.
Cultura esta milenaria que ha luchado contra todos los avatares desde que se asentaron en la península guajira y que primero la lucha fue a muerte contra los invasores españoles mal llamados conquistadores de la Nueva Granada, luego contra los abusos de los blancos o arijunas que los han esquilmado en todo: tierras, cultura , lengua, calidad de vida y más reciente contra algunos elementos de su misma etnia que como unos seudodirigentes que con tal de conseguir sus apetitos personales, han entregado a sus hermanos a la desdicha y al abandono. ¡Qué horror de estos cara pálidas que se han convertido en una vergüenza para los mismos wayuu! Ejemplos a montones sobran de este comentario.
Y Juan Manuel Santos como el palabrero mayor debe relinderar todos los procesos por la dignidad del pueblo wayuu. Debe solucionar el problema gravísimo de agua potable y de la sed milenaria que ha padecido el hermano wayuu y de igual manera debe reivindicar los problemas de insalubridad que ha padecido el indígena del gran desierto guajiro y de volverlos productivos y competitivos dentro de sus costumbres y de su cultura y que no siga siendo el paliativo de promesas insulsas que no se les cumple y dejar de ser como el perro de anarkos que se alimentan de los despojos de supervivencia de una civilización que nada les trae y nada les dice y antes por el contrario pisotean sus raíces culturales y su condición digna de un ser humano que ha sobrevivido a las penurias y las injusticias por centurias de esta gran nación wayuu que nos enorgullece a la mayoría de los guajiros. Usted presidente de los colombianos, Juan Manuel Santos Calderón tiene la palabra para derrotar a la ignominia que se ha cometido contra los wayuu. ¡Que así sea!.
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