10 de diciembre de 2009

Maicao

Por: Hernán Baquero Bracho

Maicao nuevamente ante una crisis. Los problemas económicos del vecino país, cuya moneda se ha venido abajo, la influencia de la violencia que cada día lo golpea más en forma inmisericorde y las medidas económicas del gobierno nacional, tienen a Maicao en estado lastimero. No hay derecho que esto le esté pasando a la ciudad fronteriza tan ligada a la economía regional y nacional.

Es tanta la gente que recibe beneficios de Maicao, que atacarlo no suma en política, sino más bien, resta opinión a sus gratuitos detractores. No es difícil saber quiénes son ni los propósitos que persiguen. Pero, como alguien dijo, no pasarán. En cambio, como dijo otro, esto también pasará. O sea, refiriéndose a lo último, la crisis de Maicao.

A veces el gobierno local o central es solo una bandera, una promesa estéril, un funcionario atado y sin recursos, el logotipo de un instituto oficial, una construcción verbal sin contenido y sin acción. Maicao y su comercio de frontera. Tierra de un contrabando bendecido oficialmente, pero repudiado más acá de su realidad evidente y lacerante. Maicao, también puente de exportación de manufacturas producidas por centenares de pequeños y medianos industriales de la Costa.
Maicao y el abandono del Estado Colombiano. La frontera y la inseguridad. Inseguridad: no talante de un pueblo maltratado y olvidado pero orgulloso. Inseguridad: fruto de ese maltrato y ese olvido. Inseguridad; fruto de la ausencia de actividades productivas. Inseguridad: estallido de la desesperación del hombre, de la angustia, de la urgencia de un trabajo estable. Inseguridad: estallido de la nostalgia de una redención que nunca llega.

Hay que tener serenidad y esperar un poco. Cambia el panorama que nos asusta y muy pronto, tal vez, vuelve este bendito pueblo a reanudar la normalidad de su presión, cuando tomen su ritmo los factores que la desestabilizan y surjan adecuados medios que impidan nuestra decadencia.

El Parque Industrial es una oportunidad para plantearse al Gobierno Nacional que se instale allí este centro que tiene sus ventajas comparativas con la posición geográfica y de estrategia que en otrora era la vitrina comercial de Colombia. No podemos dejar que Maicao claudique ante brisas que van de paso, ni tolerar que decaiga por la actitud pesimista de su habitantes, hay que unir todas las fuerzas para sacar adelante a Maicao y sacarla de su llanto lastimero.

Maicao, hoy está en buenas manos. Ya salió de la interinidad de gobernabilidad en que estaba. El pueblo eligió de manera abrumadora al Medico Oscar Mejía Marulanda. Y el pueblo es quien manda en cuestiones de democracia. Él, nuevo Alcalde es un sobreviviente de esa violencia que ha carcomido a la ciudad fronteriza. Como producto de ese anhelo que Dios le ha dado, de sobrevivir a esa violencia, sabe o conoce por donde debe enrutar al Maicao de sus amores. Ese mismo Dios supremo le dará sabiduría para colocar o través a Maicao en la ruta del progreso.

El nuevo Alcalde necesita del apoyo de todos para que este pueblo que ha ganado batallas y ha vencido al viento adverso, vuelva a respirar y a colocar a su gente en los caminos de mareiwua y el Dios de la lluvia haciendo apología a la cultura wayuu dará otra vez paz y sosiego a sus habitantes.

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